"Sin Pedro Menéndez, el Imperio español no se habría consolidado". Claro y rotundo. Así destacó ayer el historiador y exconcejal Román Antonio Álvarez la importancia del marino avilesino, "una de las grandes figuras olvidadas de la Historia", en una sesión del Club LA NUEVA ESPAÑA de Avilés que abarrotó el Centro de Servicios Universitarios. Durante el acto, el artista Amado González Hevia, "Favila", pintó un lienzo con la imagen del conquistador. El cuadro se sorteó entre los asistentes y Antonio Carretero fue el agraciado.

Para Álvarez, la preeminencia de Menéndez la marcan dos aspectos sin los que el Imperio español no habría podido asentarse en el siglo XVI: "Regular el sistema de flotas que permitió a España proteger sus buques de la piratería y asegurar el Canal de las Bahamas, paso insustituible para el regreso de los navíos del Nuevo Continente". Así lo explicó en la charla, presentada por Eloy Méndez, jefe de sección de LA NUEVA ESPAÑA de Avilés, y a la que acudieron Yolanda Alonso, concejala de Cultura; Mariano Revuelta, capitán de la Guardia Civil; Carlos Orueta, comandante naval de Gijón; y Rafael Rodríguez, jefe de la Policía Local.

Del primero de estos hitos derivó el "Memorial sobre la navegación de las Indias", la legislación promulgada en 1561 que establecía viajar en convoy para minimizar el impacto de la piratería -principalmente ejercida por franceses- en los buques españoles. Del segundo, proviene el título que quedó marcada a fuego en el nombre de Menéndez y de Avilés: el de "Adelantado de la Florida". Los franceses estaban colonizando territorio desde la actual Charlestone (Carolina del Sur) hacia el sur. Llegaron hasta Jacksonville (Florida), a tiro del canal de las Bahamas, estratégico para las naves españolas, que cruzaban por el lugar aprovechando las corrientes en su regreso a Europa.

Fue entonces cuando Felipe II, que había declarado esa zona como "odiosa" por su escaso valor y porque en ella habían fracasado antes siete "adelantados", decidió conquistarla. "Y para ello tuvo que buscar a alguien que triunfaba donde los demás no lo hacían. Una persona de su total confianza: Pedro Menéndez", relató Álvarez.

Así comenzó en 1565 el posteriormente victorioso viaje de Menéndez. Una empresa a la que el avilesino partió con tres premisas que pronto cumplió: expulsar a los herejes de Florida y liberar el canal de Las Bahamas, cristianizar a los indígenas y colonizar el territorio; méritos que logró con "valor y con cierta dosis de fortuna". "Menéndez tenía la suerte del ganador", destacó Álvarez, sobre una de sus victorias ante los franceses, casi todos hugonotes.

Otro de los aspectos de Menéndez, según Álvarez, fue su fidelidad al Imperio español. "No puede compararse con Pizarro o con Hernán Cortés. Ellos fueron a América en busca de riqueza. Menéndez lo hizo sabiendo que no se iba a hacer rico. Sólo por la Corona", destacó sobre el marino, "al que el Rey siempre enviaba cuando tenía un problema gordo".