El área de Infantil del colegio Marcos del Torniello, en Versalles, cuenta con un bosque del que brotan una treintena de especies y sirve para inocular conciencia medioambiental en los más pequeños. El proyecto ha sido preseleccionado por el Ministerio de Educación para optar a un sello de buenas prácticas, que sería el único de Asturias, y la aportación de 10.000 euros para seguir desarrollando planes similares o ampliar el bosque.
La arboleda del Marcos del Torniello cuenta con especies de litoral, como el abedul; del valle, como los robles y los castaños; y de alta montaña, como el acebo. El bosque está concebido además como un espacio de socialización de los pequeños de tres, cuatro y cinco años y un lugar donde todos practican lectoescritura con los nombres de los árboles, matemáticas al contar las hojas y sus frutos y ciencias naturales al comprobar cómo se desarrolla el proceso de crecimiento de las especies. Cada una tiene un letrero indicativo.
"Acabo de encontrar un fruto de madroño", comenta orgulloso el pequeño Elías Hernández antes de coger una carretilla. Está junto a sus amigos Iyán Rodríguez, Diego Riesgo y Miguel López, que portan rastrillos. Sara Barral tiene en sus manos una bellota y momentos después la llevará al mueble donde las recopilan todas. Al lado, hay decenas de hojas caídas en el otoño, con las que hacen talleres de manualidades.
La directora del centro, Teresa Álvarez, explica que ese terreno era una escombrera hace veinticinco años y, poco a poco, gracias al empeño de docentes como Marta Isabel Quirós, responsable de Infantil y jefa de estudios, se ha convertido "en el pulmón y el corazón de Educación Infantil". "Es un lugar que ayuda a los pequeños en el plano físico y emocional", añade. "Todos estamos encantados con el bosque, profes y alumnos", concluye Quirós. En el Marcos del Torniello crece la educación.
