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La misa de la discordia en San Juan de la Arena

Algunos fieles afirman que el cura anunció su dimisión el domingo tras varias polémicas l "Es falso, sufro una persecución", dice el sacerdote

El párroco de La Arena, José María Menéndez

Desde su llegada a La Arena, el cura José María Menéndez se ha visto envuelto en varias polémicas que ahora han dado un paso más. Una de ellas, la más sonada, fue su presunto veto de portar la red en la procesión de San Telmo, que él negó y que finalmente no se produjo. Algunos fieles también acusaron al párroco de prohibirles constituir la cofradía de San Juan y San Telmo.Algunos fieles también acusaron al párroco de prohibirles constituir la cofradía de San Juan y San Telmo El pasado domingo, el sacerdote, según varios testigos consultados por este periódico, aseguró durante la celebración de la misa que tenía pensado dejar su cargo por "la persecución" que dijo sufrir por una parte de la localidad. "En ningún momento dije eso. Todo se ha malinterpretado aposta", señaló ayer el religioso.

El revuelo se convirtió ayer en motivo de comentario en cada esquina de San Juan de la Arena. "Cuando está fuera de la iglesia cualquiera diría que no es el cura. No tiene nada que ver con la figura que debe de representar en la sociedad, dice tacos y tiene un comportamiento atípico", aseguran algunos vecinos, reacios a dar su nombre, que muestran de esa forma su malestar con unas conductas que encuentran como "inapropiadas en muchos casos".

En torno al cura, que también oficia en las parroquias de Ranón y La Corrada, se ha abierto un extraño clima. El descontento en buena parte de los vecinos es mayúsculo, mientras que otros lo apoyan sin reservas. "Si se va, ya vendrá otro, no nos vamos a quedar sin cura", relata uno de los fieles mientras pasea por la plaza que hay delante de la iglesia.

Otros habituales a misa aseguran que el sacerdote "no pone la calefacción, como hacía su predecesor, y está pidiendo a los feligreses dinero para pagar el gasoil". Contrariados por algunas de sus actitudes sí valoran, en cambio, "sus buenas eucaristías, muy llevaderas y nada pesadas". Su continuidad, según expresa José María Menéndez, no corre peligro, aunque sí se ve víctima de una "persecución". "Por eso, me tengo que defender", apunta.

También hay fieles quienes, por el contrario, apoyan la labor de Menéndez. "No hay nada raro en su actuación, pero sí es cierto que el pueblo está dividido en torno a él", apuntan. El sacerdote negó ayer persistentemente haber anunciado su dimisión en misa, pese a lo que dicen algunos feligreses.

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