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"Rico" y el Rey: el Monarca casi se lleva para la Zarzuela el bastón del Alcalde

La Reina Sofía firma en el libro de honor del Ayuntamiento en presencia de su marido, don Juan Carlos, y Ricardo Fernández. NARDO VILLABOY

Solo así, cultivando las amistades en Madrid en una España aún centralista, se explica que Ricardo Fernández pudiera reconquistar para lo público sacrosantos lugares como el parque Ferrera. "Suárez del Villar y yo tomamos muchos tes con el marqués de Ferrera. Le compramos el parque por mil pesetas el metro cuadrado. Nos costó 84 millones", relataba cuando se le preguntaba por su mejor día como Alcalde: el de la reinauguración del pulmón verde de la Villa, con presencia del hoy rey emérito Juan Carlos I.

Una placa en la puerta del Ferrera que da a la calle Rivero recuerda ese 19 de mayo de 1976, cuando un rey novato y un alcalde ídem abrieron el majestuoso recinto y de paso también el Hospital San Agustín. "Mandé redactar un dossier con todas las carencias de la ciudad y se lo entregué al Rey", relataba Fernández Suárez sobre aquel encuentro. Y es que "Rico" no daba puntada sin hilo.

Ese mismo dossier lo vería tiempo después el Alcalde sobre el despacho de Arias Navarro, por entonces Presidente del Gobierno, en una reunión en Madrid. Fruto de esa cumbre vinieron el Instituto de Formación Profesional de Valliniello y los polideportivos de La Magdalena y La Luz. Con esas infraestructuras, Avilés, por entonces el concejo más contaminado de España, comenzó a quitarse el hollín de sus solapas.

Ricardo Fernández contaba anécdotas gloriosas de la visita de su campechana majestad. "Le di el bastón de mando y lo llevó durante toda la visita. Cuando terminamos e iba a subir al coche para ir al aeropuerto me lo devolvió: 'Que casi me lo llevo', me dijo", rememoraba en 2016 el exalcade avilesino. "La Reina decía 'que bonito está todo'... Lo que estaba era asilvestrado porque el parque apenas se había abierto desde que lo compró Suárez del Villar", aseguraba sobre la visita de los Borbones, el 19 de mayo de 1976.

Nacido en Manzaneda (Gozón) en 1929, llegó a la alcaldía con 47 años. Le precedía su bagaje empresarial puesto que él y su hermano Roberto heredaron el negocio de su padre. Cuando se casó con su mujer, Manolita Roces, fundaron la empresa de autobuses Roces, que haría el trayecto Avilés-Luanco y llevaría por España al Oviedo, al trabajo a los empleados de Ensidesa y a clase a los colegiales de la comarca, especialmente a los del San Fernando, un centro que "Rico" llevaba en el corazón.

Cuentan que para realizar los trayectos, Ricardo Fernández tenía su propio factor de conversión. En tiempos en los que Google Maps ni estaba ni se le esperaba, "Rico" trazaba con regla y lápiz el mejor camino para llegar al destino. Posteriormente contaba los centímetros sobre el plano, los pasaba a kilómetros y establecía una relación con lo pecuniario.

Prudente, serio, moderado, chófer -su profesión de toda la vida- y "Medalla de Plata" de Asturias, Ricardo Fernández Suárez se ha ido. Accedió a la Alcaldía por casualidad, a través del Sindicato de Transportes y porque entonces "no sabía decir que no". Se retiró en 1983 de la vida pública para no vivir de la política. Esa a la que siempre barajó volver y para la que le avalaba haber metido la primera marcha de la Transición en Avilés.

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