¿Desde cuándo se lleva hablando de la nueva vida de las baterías?
El plan de competitividad de la siderurgia, suscrito allá por 1992, marcaba el cierre de las baterías de coque para el año 2007. Tras sucesivas prórrogas, doce años después, la coquería echó el candado a finales de 2019 marcando un hito en Avilés, que fía parte de su futuro al desarrollo de esos terrenos. Su último inquilino, la multinacional Arcelor-Mittal, llegó a un acuerdo con el Estado para el cierre ordenado de la instalación y su entrega en condiciones de seguridad. El traspaso se hizo efectivo el miércoles, con la firma del acta de entrega de la coquería.
¿Cuál es el plan para los terrenos de la coquería?
En los terrenos siderúrgicos emergerá el PEPA 2, extensión del PEPA 1 que también surgió del desmantelamiento de Ensidesa. Ocupa una superficie de 17,9 hectáreas y será uno de los primeros parques empresariales sostenibles del país. Tendrá etiqueta "Verde", siguiendo criterios de construcción sostenible. El objetivo es atraer a esos terrenos una industria que sea además tractora de actividad empresarial y que pueda convivir con otros negocios. Los planes del Estado pasan por tener ya en 2022 parcelas operativas.
¿Cuánto costará?
El presupuesto estimado es de 40 millones, aunque puede variar según avancen los estudios en marcha. De esa cifra total, 9,5 millones corresponden a los trabajos previos, seguridad y mantenimiento en las instalaciones. El coste de las labores de desmantelamiento y demolición está estimado en 14,5 millones de euros y en 4,5 millones las de descontaminación. Los trabajos de urbanización están presupuestados en 8 millones y hay calculados 3,5 millones más de costes indirectos.
¿Se conservará patrimonio industrial?
Salvo sorpresas, no. Se desmantelarán las baterías al completo, a excepción de que haya elementos que se puedan conservar para dotarlos de nuevos usos sin que se encarezca el proyecto. Los gasómetros desaparecerán del paisaje avilesino por el elevado coste que supone dejarlos en pie.
