El consejero de Industria, Enrique Fernández, conoció ayer de primera mano cómo prevé la multinacional Saint-Gobain afrontar el ejercicio económico 2020. Héctor Fernández y Juan Carlos Rivas, los directores de recursos humanos de los negocios de parabrisas y de construcción de la multinacional francesa, le trasladaron que "pese a que 2019 no fue un mal año, ahora viene un porvenir de prudencia". Y esto es así, explicaron, por el vaivén de los mercados del automóvil y de vivienda. "Si les va mal a ellos, a nosotros, nos va mal", razonó Rivas.
Explicó el director de personal del negocio del vidrio para automóviles que este departamento se sustenta de acuerdo a una lista de pedidos anuales de los clientes de la multinacional. En virtud de este acuerdo, se organiza el calendario de trabajo. "Puede haber poca variación con lo presupuestado a lo largo del año. Por esta razón, tenemos previsto mantener capacidades", señaló Fernández, "no hay objetivo de crecer".
Los dos ejecutivos explicaron a los representantes sindicales este pasado miércoles qué planes tienen para el arreglo del horno de Avilés que sufrió una colada (un vertido) a finales de noviembre: adelantar la reparación que estaba programada para el año que viene.
El sindicato CSI trasladó ayer a sus afiliados que "por parte de la empresa no existe ningún compromiso más que intentar la supervivencia de la actividad". Esto, el plan de futuro, es una reclamación también del SOMA-FITAG-UGT. La empresa, sin embargo, no está en disposición más que de comprometer su apuesta por la planta avilesinas.
