Los jabalíes de Salinas, en Castrillón, vuelven a campar a sus anchas por aceras y parques; socializando con todo lo que encuentran a su paso. Esta mañana se ha podido ver a uno de los ejemplares en un parque local sin que el animal hiciera ademán de molestia alguna por la presencia de algún curioso grabando la escena con su teléfono móvil.

Pero aunque algunos les han dado la bienvenida, estos nuevos vecinos, tan salvajes, no son bien recibidos por los que los consideran un peligro en la ciudad. Las soluciones han ido desde matarlos con arcos y flechas, ya descartada, a devolverlos al monte. Sin embargo, los expertos aseguran que han estado tanto tiempo en contacto con los humanos que les será casi imposible reintegrarse en su hábitat natural.

Dos asociaciones ecologistas, la Asociación Nacional de Animales con Derechos y Libertad (ANADEL) y el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS), decidieron encargarse de ellos, aunque ha habido problemas durante los últimos meses hasta para atraparlos. Y cuando lo consiguieron, llegaron las trabas administrativas en forma de ultimátum: o los sacrifican o los tratan como ganado doméstico. Opciones que indignaron a los ecologistas. Así, de momento, se han quedado con los animales, que se encuentran en un lugar supuestamente seguro (y secreto) que esta mañana decidieron abandonar para salir en busca de comida en un parque local.