El MVP de los talleres asturianos (acrónimo de "el más valioso profesional") está en Avilés. Se llama Pablo Begega y es uno de los diez clasificados para la gran final del certamen, un concurso nacional que pretende encontrar al mecánico más completo de España. Mañana disputa la gran final del certamen en el circuito del Jarama (Madrid), en lo que será una especie de "gymkhana mecánica" al más puro estilo del televisivo Master Chef. "Voy sin ninguna presión, pero con la intención de llevarme el premio", advierte.
Begega llegó a los talleres hace diez años, "por pura casualidad". Tras un tiempo trabajando con su padre de carpintero, decidió cambiar de aires. "Me di cuenta de que tenía que estudiar y me metí a un módulo de mecánica. Pero lo elegí casi por azar, podría haber hecho otro cualquiera", confiesa este ovetense, que en poco más de una década de profesión ha logrado imponerse a más de 300 "colegas" hasta llegar a la gran final.
También tuvo bastante de casual su inscripción en el concurso. Reconoce que se inscribió a última hora y animado por su entorno. En el primer test, en el que concurrieron los más de 300 inscritos, pasó el corte de los 50 mejores en un destacado séptimo puesto. En la segunda prueba, de la que salieron los diez finalistas, que también era teórica, fue el cuarto. "No era nada fácil. Había muchas preguntas sobre vehículos híbridos y temas novedosos que lo hacían bastante complicado", asegura el que ya es, de pleno derecho, uno de los mejores mecánicos de España.
Hoy mismo parte hacia Madrid y mañana se medirá a los otros nueve finalistas. La primera fase la disputará por parejas -se elegirán por sorteo- y deberá detectar y reparar averías en cinco vehículos diferentes. Los integrantes del mejor dúo se enfrentarán entre sí en una prueba en la que deberán simular la recepción de un cliente al que explicarán el proceso de reparación llevado a cabo en uno de los vehículos. El mejor, será el "Más valioso profesional del taller". Según Begega, la clave para llegar hasta aquí está en el día a día. "En el trabajo, viendo coches, es como más aprendo. Además, también miro muchas cosas por mi cuenta, para estar preparado para los nuevos tiempos", afirma el mecánico que, por ejemplo, ya ha estudiado cómo será el próximo modelo de Toyota que utilizará hidrógeno. "Sale a la venta a finales de este año. Y seguramente en el taller no toquemos ninguno hasta dentro de cuatro año, pero hay que estar al día", incide.
Y es que para Begega, la preparación es básica. "Los coches han evolucionado mucho en los últimos años. No es lo mismo detectar una avería o reparar un vehículo de los actuales que un 600. Es todo mucho más complejo", dice el mecánico, quien considera que en la actualidad los especialistas como él lo tienen muy difícil para estar al día. "No sé si todo el mundo está preparado para afrontar reparaciones de vehículos eléctricos y todas las novedades que están por venir", abunda.
En el taller en el que trabaja, en la avenida de Lugo, todos están de lo más contento con los éxitos de Begega. "Estamos encantados con él. Es un trabajador al que se le nota que le gusta el oficio y le pone mucho empeño. Da gusto trabajar con él", afirma su jefe, Ángel Lillo, que se deshace en elogios: "En 25 años sólo he encontrado a otro trabajador tan bueno como él", reconoce emocionado.
"Aunque todos me felicitan también hay mucho cachondeo", apunta el protagonista, que asegura que con los pasos de ronda en el concurso las bromas han ido en aumento. "Están siempre diciéndome cosas. Pero, ojo, yo también hago bromas. Hay días que entro aquí y digo: 'eh, que soy uno de los diez mejores mecánicos de España'", relata entre risas.
Más allá de las bromas, Pablo Begega defiende que su participación en este certamen nacional también ayudará a dar lustre a la imagen de los mecánicos. "Creo que cargamos una mala fama por estafas puntuales que hace una minoría. Con este campeonato lo que queremos también es que tengan confianza en nosotros", apunta el mecánico que aspira a ser el mejor de España.
