Cincuenta pinturas al óleo que reproducen detalles de otras tantas obras de Diego Velázquez cuelgan desde ayer en las paredes del vestíbulo de la Escuela de Artes y Oficios de Avilés. Son trabajos de los alumnos de Carmen Peláez y de Amado González Hevia, "Favila", que permanecerán expuestos y podrán visitarse durante todo el mes de febrero. Con la iniciativa se homenajea al Museo Nacional del Prado, por el bicentenario que celebró en 2019. Y, a la vez, al genial pintor español barroco.
"Se cumplía el segundo centenario del museo y queríamos una temática relacionada con la conmemoración para los trabajos que iban a realizarse. Pensamos que qué mejor que elegir a un autor tan vinculado a él como Velázquez", explica Carmen Peláez.
Hay, además, un afán docente en la muestra. Porque las obras que la componen son también una práctica para los alumnos. "El interés académico del ejercicio es aquello que Velázquez aporta a la pintura, que son muchas cosas, pero destacamos una, que es la técnica de la veladura", explica Favila.
La técnica consiste en aplicar capas finas, unas sobre otras, para conseguir que las superiores trasluzcan las inferiores y lograr efectos cromáticos y volúmenes. Las obras del pintor barroco y los ropajes de algunos de sus personajes se prestan a lograr el tipo de veladura que se pretendía que los alumnos practicasen.
La inauguración de la muestra contó con la presencia de alumnos, familiares y vecinos que disfrutaron de la visita a una muestra que lleva por título "Estudios sobre Velázquez". "Son pequeñas obras, pequeños apuntes, que no reproducen obras en su integridad de Velázquez, sino detalles de las mismas, partes más pequeñas o aspectos concretos que llaman la atención por alguna razón", señala Carmen Peláez.
Entre esas pinturas de detalle, se reproduce una parte del famoso cuadro "La rendición de Breda", un óleo sobre lienzo, de entre 1634 y 1635, que se conserva en el Museo del Prado. En concreto, el alumno ha pintado a uno de los soldados que aparece junto a un caballo, pues se piensa que se trata de un autorretrato de Velázquez.
"Acercamos a Velázquez a Avilés y a la vez realizamos una práctica preciosa. Estas actividades son una terapia maravillosa que tienen la función del aprendizaje, suponen una ilusión grande, también para nosotros, los profesores, que estamos muy orgullosos de nuestros alumnos", concluye Carmen Peláez.
