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MARÍA ELVIRA SUÁREZ | DIRIGIÓ EL CENTRO DE MAYORES DE LA LUZ DURANTE 23 AÑOS

"Mavi", el faro que guía la senectud

María Elvira Suárez deja por jubilación el centro de mayores de La Luz tras 23 años al timón: "Queda un equipo de diez"

María Elvira Suárez. RICARDO SOLÍS

María Elvira Suárez cumplirá 65 años de hoy en una semana. Y lo celebrará con su familia. El viernes fue su último día al frente del centro social y de día de La Luz, y también lo celebró con un grupo reducido de amigos. Porque así es "Mavi", una mujer que vive el instante y por menos de nada reúne a un grupo de amigos y familiares para brindar por lo bello que es vivir. Tal vez porque ella mejor que nadie sabe qué significa envejecer: llegó al centro de mayores de La Luz hace 23 años, cuando los pocos usuarios de aquel entonces demandaban un espacio para "jugar la partida" y se va con 5.610 socios registrados que requieren cursos de informática e inglés.

"El centro nació gracias a la insistencia de los vecinos, que urgían un equipamiento de este tipo. Por aquel entonces, en 1996, se puso en marcha también el de Jardín de Cantos", rememora Suárez, que califica el comienzo como "fácil". "El objetivo que me trajo aquí fue lograr la participación y este reto en un barrio como es La Luz, donde sobresale el movimiento asociativo, fue sencillo", aclara esta mujer que se declara natural del "Carbayedo viejo" y que, como trabajadora social, recorrió distintos caminos antes de transformarse en una especie de faro que guía la senectud.

Porque Mavi es mucho más que una directora de un centro social: es la sonrisa que conversa con las familias que necesitan un respiro en el cuidar, la mano que arropa en un momento dado a alguno de los veintiocho dependientes que reciben atención en el centro, la gestora que hizo de los retos un triunfo y la mujer que logró que los mayores de La Luz se compraran su primer bañador para ir a clases de natación. Lo dicen quienes compartieron con ella algún momento (o varios) en los últimos 23 años y que en los últimos días no han perdido la ocasión de acercarse al centro social para felicitarle por su jubilación.

"Cuando empezamos, el centro de día era un recurso muy poco conocido y solo tuvimos a cuatro personas el primer año. Entonces hicimos una campaña de captación y ahora tenemos las veintiocho plazas cubiertas, todas personas dependientes, y lista de espera", destaca esta mujer que dedica el buen funcionamiento del centro al que fue su equipo hasta el viernes: "Son personas de diez", subraya, y agrega: "Este trabajo me ha dado la oportunidad de conocer a gente maravillosa que de otra forma no habría podido".

Mavi Suárez se siente más cómoda cuando habla de lo que mejor sabe: el centro. Pero de tanto en cuanto se le escapa un guiño a su familia: está casada, tiene tres nietos y a su padre, que permanece ingresado en la residencia Fuente del Villar de Piedras Blancas. Precisamente su jubilación se la dedicará a su familia y ya tiene un plan en el horno: formar una asociación de familiares de residentes del citado centro castrillonense.

También quiere leer, que es su pasión, y, si puede, descansar. "Me apetece cuidarme un poco", reconoce esta mujer que se ha ganado el respeto del resto de responsables de centros de día públicos del Principado. Tal vez porque fue Mavi Suárez la que impulsó un sinfín de talleres y programas de envejecimiento activo que luego acogieron otros establecimientos de la región. Por ejemplo: un grupo de senderismo, un aula de informática, un coro, un café con cuidadores... También cuenta con al menos cuatro grupos de voluntariado. "El perfil de los usuarios ha cambiado muchísimo. El socio tiene el perfil de mujer de 66 años, que no trabajó fuera de casa, tiene varios hijos y ahora disfruta de tiempo para participar en actividades aunque sobre ella recaiga el cuidado de los nietos", explica Suárez. El centro social de La Luz también ha sobresalido por desarrollar una importante trabajo comunitario con colegios, la biblioteca, el centro de salud o la asociación vecinal.

¿Y ahora? "Pronto vendrá el relevo", dice esta mujer que no oculta la pena por dejar el trabajo que durante los últimos 23 años la ha mantenido en primera línea como faro de los ancianos de Villalegre, La Luz, Llaranes, Cancienes... En resumen: "Ahora voy a intentar descansar un poco, pero en cuanto pueda también participaré como socia en un centro de día". Ella llevará entonces la sonrisa, otro será su guía y Mavi también lo celebrará.

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