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Descensos de hasta el 70% en los precios de la lubina, besugo, rodaballo y lenguado

La inusual reiteración y la virulencia de los temporales que azotaron al Cantábrico los primeros meses del año y la actual crisis sanitaria están hurgando en la herida del sector pesquero asturiano, que ya entró en 2020 tocado. Pero aún con todo la rula avilesina ha logrado salvar económicamente el mes de febrero gracias a la flota comunitaria, que desembarcó 382.762 kilos de merluza, una cantidad próxima a los 401.834 kilos del mismo mes de 2019, cuando las cosas pintaban más favorables. Eso sí, el precio medio del kilo de merluza fue bajo: en Avilés la "reina de los mares", como se conoce a esta especie de importante valor comercial, se subastó a 2,90 euros el kilo.

Los palangreros de altura son los únicos barcos preparados para faenar en condiciones extremas de mar, como las que se sucedieron a finales del año pasado. Las flotas de bajura, cerco y arrastre tuvieron peor suerte que la comunitaria, con muchos días de inactividad por el mal estado de la mar. En cifras globales, en la lonja local se subastaron el mes pasado 574.815 kilos de pescado que generaron 1,8 millones de euros, curiosamente la misma cantidad que en febrero de 2019 cuando las capturas sumaron una cifra mayor: 657.267 kilos.

Así, pues, mientras despuntaron los desembarcos de merluza y bacalada (91.469 kilos que se vendieron, de precio medio, a 1,70 euros), otras especies habituales en las pescaderías en estas fechas como la xarda, la chopa o el chicharro, o no pasaron por el mostrador de la rula o lo hicieron a cuentagotas. Por poner un ejemplo: en lo que respecta a los crustáceos, en todo el mes pasado solo se subastaron en la rula de Avilés 578 kilos, de los cuales 339 fueron de percebe.

El calamar, el rey de los moluscos, brilló por su ausencia y solo sobresalió la pota: se rularon 14.974 kilos a 4,74 euros el kilo, de media.

Pasados los temporales y con la mar en calma, el sector pesquero asturiano se dio de bruces, como el resto, como la crisis sanitaria global por el coronavirus, que en su caso se traduce en una drástica caída de la demanda de productos pesqueros debida a la reducción o el cierre temporal de la actividad tanto de restaurantes como de otros compradores de productos pesqueros. La pandemia llegó en pleno inicio de la campaña de la xarda este año.

De ahí que la Comisión Europea haya propuesto un marco temporal de ayudas de Estado para este sector, uno de los más afectados por el impacto de la pandemia, que permitirá conceder hasta 120.000 euros a empresas dedicadas a la pesca o la acuicultura. Este nuevo marco, adoptado el pasado 19 de marzo, permitirá a los países facilitar apoyo en forma de subvenciones directas, ventajas fiscales o garantías de préstamos y se extenderá hasta el próximo 31 de diciembre.

El comisario europeo de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, indicó en un comunicado que los pescadores están "entre los primeros en sufrir las consecuencias económicas de la pandemia, dado que la demanda de productos pesqueros ha experimentado una importante caída".

Ayudas al sector

Por otra parte, la Comisión Europea (CE) ha propuesto como medida de ayuda al sector extender el ámbito de los mecanismos de seguro en el Fondo Económico Marítimo y de Pesca para pagar compensaciones económicas causadas por una crisis de salud. Bruselas está analizando además "otras opciones" para apoyar a la industria pesquera y la acuicultura en "estos momentos difíciles". Más aún, después del temporal.

Las empresas pesqueras europeas agrupadas en la organización Europêche pidieron precisamente el pasado lunes a la Comisión Europea medidas "urgentes y extraordinarias" para afrontar el impacto socioeconómico causado por el COVID-19.

Europêche -que integra a la patronal española de armadores Cepesca- solicitó al comisario Sinkevicius que Bruselas actúe, ante el efecto de las medidas de los gobiernos para evitar la propagación del coronavirus.

Según la patronal española Cepesca, el sector "ya está registrando una importante reducción de la demanda de pescado, además de una caída notable de los precios en determinadas lonjas con flotas de bajura que, inevitablemente, llevarán al cese de las actividades pesqueras en algunas zonas".

Cepesca indicó que el actual FEMP no permite apoyos por paralización temporal debido a una crisis sanitaria o epidémica y "estas medidas deberían incluir la posibilidad de que los pescadores y los operadores de la UE reciban ayudas y compensaciones por el cese de su actividad a consecuencia de la pandemia".

En este sentido, las empresas pesqueras instan a la modificación del articulado del actual FEMP e incluir en él esta posibilidad, dado el caso de fuerza mayor que supone esta crisis.

Por otro lado, Europêche expresó al comisario la preocupación de los pescadores por su salud, bienestar personal y protección laboral y apremió a poner en marcha una campaña de ayuda a las empresas pesqueras para seguir las recomendaciones adaptadas a este sector.

En el ámbito nacional han sido varias las formaciones políticas que se han hecho eco de la "difícil situación" que atraviesa el sector pesquero y han planteado medidas de apoyo para paliar las consecuencias de la crisis de la COVID-19 en el sector. Hay preocupación por los efectos de la pandemia y los profesionales se sienten desprotegidos.

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