Las trabajadoras del Servicio de Ayuda a Domicilio de Avilés se están volcando con los usuarios del servicio y han emitido una "carta abierta" en la que relatan su día a día. "Somos una parte importante de su vida, sus confidentes, un pilar donde se apoyan", sostienen. A continuación, se reproduce íntegro su escrito:

Las Auxiliares y el equipo de Coordinación del Servicio del Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Avilés, desde que el Gobierno decretase el estado de alarma, nos hemos puesto a disposición de la empresa concesionaria del servicio para atender a las mil trescientas personas usuarias. Y lo hacemos de forma presencial, con los servicios mínimos marcados, o a través de llamadas telefónicas, detectando necesidades y acompañándolas en estos momentos tan duros de soledad y aislamiento.Nosotras, todas y cada una de las compañeras que formamos parte de este servicio esencial (aunque no se nos exija) estamos hablando con quienes no tienen marcados servicios mínimos, pero también con quienes sí. Creemos que es necesario porque nuestros usuarios son en su gran mayoría personas mayores, enfermas, con diversidad funcional o con autismo que aunque en unas ocasiones tienen familias que les atienden; en otras no. Sea cual sea la circunstancia, tengan o no otros apoyos, casi siempre esperan con ilusión nuestra llamada. El día a día hace que seamos una parte importante de su vida, sus confidentes, un pilar donde se apoyan.En esas llamadas, en el que el tiempo parece detenerse, nos cuentan miles de anécdotas. Como pasa con Ana, que está muy sorda, pero que al mediodía está pendiente de coger el teléfono porque sabe que la Auxiliar le llamará para decirle que se cuide y que no coja el «bicho». O bien , como ocurre con Carmen, que en un arranque de desesperación escribió ella misma su propio testamento y quería leérselo a la Auxiliar para que le dijera si estaba bien redactado o no.Hay ocasiones en los que la persona usuaria no tiene recursos económicos o, dada la situación, no puede acceder a ellos. Como Pepe, que pudo comer gracias a que una compañera corrió con los gastos de la compra de su propio bolsillo los primeros días de confinamiento. Gracias a ella, que dio la voz de alarma, ahora recibe el catering municipal.En otros domicilios las familias viven frustración, desesperación y ansiedad. El confinamiento, esa obligación de convivir entre cuatro paredes veinticuatro horas al día, hace que se vivan situaciones límite. Ollas a presión cuya válvula de escape es esa llamada diaria que utilizan para explotar en una catarsis que les permita sobrevivir un día más de aislamiento.También suceden cosas bonitas. El usuario que, pese a sus dificultades, insiste a su hija para ponerse él al teléfono y leer a la auxiliar, con voz entrecortada, un poema hecho con su puño y letra. O quien nos llama para decirnos que, todas las tardes, su mayor aplauso es para nosotras. Muchas hijas e hijos que nos dan las gracias por dar aliento.Crisis como esta sacan lo bueno y lo malo de las personas. Hay quien nos lo dice, pero nosotras no somos ángeles; somos profesionales que estamos desempeñando un servicio público esencial para nuestra sociedad y para la vida de mucha gente.El Comité de Empresa de AZVASE Avilés, empresa que gestiona el Servicio de Ayuda a Domicilio del Ayuntamiento de Avilés.