Tres años y medio de internamiento y un año y tres meses de libertad vigilada. Esas son las medidas que ha aceptado el menor que mató de un golpe a Julio Fernández el pasado 15 de julio en El Cruce. El joven, que también deberá abonar indemnizaciones a la familia del fallecido, lleva recluido desde julio. Se entregó voluntariamente en compañía de su abogado. Los hechos son constitutivos de un delito de homicidio.

Según testigos, Fernández y el padre del homicida discutieron en la tarde del 15 de julio en un bar del Cruce. Posteriormente, ambos se enzarzaron en una trifulca a las puertas del establecimiento. Fue entonces cuando el condenado propinó un importante golpe con un objeto contundente a Fernández, que cayó al suelo. Sufrió diversos traumatismos craneoencefálicos de los que no logró recuperarse. Falleció el 30 de agosto en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).