La comunidad sanitaria se tiñó ayer de luto por la muerte de Carlos Vázquez, anestesista avilesino que ahora ejercía en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). Vázquez desarrolló su actividad profesional en casi todas las áreas de la especialidad, centrándose últimamente en la anestesia materno-infantil, en la atención de los niños que acudían a las sesiones de radioterapia y en la coordinación del grupo de anestesistas que forman parte del equipo de trasplantes del HUCA. "Para todos tenía una palabra amable, una gracia, un cumplido, algo que hacía florecer una sonrisa", dijeron de él sus compañeros, visiblemente abatidos por tan repentina pérdida. Carlos Vázquez estaba casado con María José Solís, también médico, y deja dos hijos: Eduardo y Celia. La celebración de la palabra tendrá lugar esta tarde, a las ocho, en el tanatorio de Avilés, donde hoy también, a la una de la tarde, quedará instalada la capilla ardiente.