"Tiene un aire a lavavajillas", "es como para asar castañas", "parece un cacharrito de la Señorita Pepis"... Con éstas y otras ironías similares recibieron ayer los trabajadores avilesinos de Alu Ibérica la llegada a la fábrica de a Balandrán de uno de los prometidos "nuevos hornos" para el área de reciclado de chatarra, un equipamiento que según los gestores de la empresa forma parte del paquete de maquinaria en el que se está invirtiendo para abrir mercado en el sector de la producción de "aluminio verde".
La decepción por la llegada a la fábrica de tan modesto horno dio paso al estupor de quienes comprobaron que, además de pequeño, tiene toda la pinta de estar repintado, haber sido usado con anterioridad y presentar signos de deterioro en el recubrimiento interior de refractario, el alma de todo horno de fundición que se precie. "Nos tememos que sea un horno de segunda mano y que venga con taras", aseguró un representante sindical.
Los nuevos gestores de la antigua planta de Alcoa, Grupo Industrial Riesgo, manifestaron en su día la intención de invertir en el área de reciclado, con la instalación de plantas de tratamiento de chatarra. El horno adquirido tiene características propias de los usados para realizar muestras de calidad o ensayos: carga aproximadamente 150 kilos como máximo y su pequeño tamaño lo hace muy manejable a la vez que económico en términos energéticos. Los hornos de fundición propiamente dichos tienen capacidad para varias toneladas de material en vez de para unos pocos kilogramos.
En diversas ocasiones, los responsables de Riesgo han manifestado que tienen la intención de invertir 25 millones de euros en cuatro años en las fábricas de aluminio de Avilés y La Coruña como "un punto de partida que tiene como objetivo final la reconversión industrial de ambas plantas para lograr posicionarlas en el polo industrial de aluminio verde circular más importante del sur de Europa, sin mínima huella de carbono y gracias a una tecnología de vanguardia". Fuentes laborales de Alu Ibérica estiman el valor del horno recién adquirido en "unos 20.000 euros; aún faltarían 24,98 millones por invertir".
