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Una princesa de cine

La asturiana Martina Herrero da vida a doña Leonor, protagonista de la nueva película documental de la avilesina Ana López Martín

Martina Herrero, con uniforme, con la directora Ana López. S. F.

Martina Herrero tiene ocho años, estudia en el colegio San Ignacio de Loyola, en Oviedo, y es la protagonista de "Los caballeros de Santiago", la nueva película-documental de la directora avilesina Ana López Martín. Y, además, es calcada a la princesa doña Leonor. "Cuando era pequeña me lo dijeron en el parque", cuenta la niña sentada en una terraza de un bar de Sabugo. Lo que le dijeron era que se parecía a la Princesa de Asturias. Pero, vaya, como si nada. Maite Capín, la encargada del reparto de la película de López Martín, fue quien la descubrió. "Entre un ciento de candidatas", subrayó. Así que Martina Herrero, la futura Gran Maestre de los caballeros de Santiago, ha sido la encargada de llevar al cine a la Princesa. "No está siendo difícil", determina la alumna de 2.º de Primaria del Loyola.

"Los caballeros de Santiago" es una película que cuenta la historia secular de la Orden militar española: desde la Edad Media y hasta el momento presente. El equipo de López Martín ha rodado en Loarre, en Navarra, y también en Yernes y Tameza. "Las escenas de en que Martina tenía que trabajar las filmamos en una habitación del Seminario de Oviedo. Íbamos a hacerlo en el hospital que tiene la Orden en Cuenca, pero es una residencia de ancianos y no es el momento de que nos metamos allí", destacó López Martín.

El hilo argumental comienza con una visita del colegio de la Princesa, precisamente, a ese mismo Rea Hospital de Cuenca. "Teníamos que vestirla de uniforme. Gracias a Uniformes Camacho ha sido posible", apunta Capín, que también se ha encargado de bordar el escudo del centro al que va la Princesa. "Allí, en el hospital, se encuentra con un anciano", continúa López Martín. "Me manda subir a coger un mapa de un armario. Y saca un tablero de ajedrez. Y mueve las fichas y me cuenta las batallas", dice Martina Herrero al periodista. Cuando termina de hablar va a la mesa de la terraza que ocupan sus padres y hermano y pide permiso: que si puede comer el pincho de tortilla que va con el zumo que ha pedido. Está rico.

"Vi muchas propuestas. De Barcelona, de Sevilla, de Ibiza... tenían que mandar un vídeo. Tenía que verla moverse, hablar. Tenía que hacer lo más natural posible. Y ella, Martina, fue la que consiguió que algo hiciera clac", cuenta Capín. Andrea Torres, la madre de la artista, añade: "La noticia de que la habían elegido nos llegó en pleno confinamiento", explica. "A Martina le hizo mucha ilusión", añade. Y apostilla: "Es muy seria y responsable y sabe cuándo hay que jugar y cuándo tiene que hacer las escenas".

La primera sesión fue larguísima (desde las nueve de la mañana a las diez de la noche): "Llega y me dice: 'Estoy agotada'. Y añade: 'Esta experiencia no la voy a olvidar en mi vida'". Y es normal. Los Borbones no se prodigan en las grandes pantallas.

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