En la rula no preguntan, apuntan. Y el pasado mes de junio, de acuerdo al registro que llevan los gestores, fue la flota de cerco asturiana la que salvó las cuentas de la entidad: "Fue un mes muy bueno gracias a las descargas de bocarte, sardina y chicharro", explicó el gerente de la Nueva Rula, Ramón Álvarez. Junio siguió así el camino ascendente iniciado en mayo, cuando la costera de bocarte se consolidó como la mejor del último lustro. Para seguir en línea creciente, la rula depende ahora de la pesquería del bonito del Norte y, contra pronóstico, se presenta peor que la del año pasado, que fue "excepcional". "A partir de este mes es cuando vamos a sufrir comparativamente debido a que el año pasado tuvimos una campaña de bonito excepcional y este año va a ser prácticamente imposible que alcancemos las cifras del año pasado entre julio y agosto", explicó Álvarez.
Aún con todo el bonito del Norte está entrando. La flotilla, que ahora faena en aguas del Cantábrico, cada día más cerca de casa, descargó el lunes en Avilés unos 75.000 kilos, el martes alrededor de 30.000, ayer 20.000 kilos más y para hoy está previsto el desembarco de otras 20 toneladas, lo que suma 145.000 kilos en total. "Los precios del bonito son similares a los del año pasado por estas fechas, aunque entra menos cantidad", insistió el gerente de la rula de Avilés. Normalmente la costera del bonito se prolongaba hasta bien entrado septiembre pero en los últimos años suele finalizar a mediados de agosto, una vez que se agotan los cupos disponibles.
Álvarez no perdió la oportunidad de apelar al consumidor final la compra de pescado de Avilés: "El segmento de flota que se dedica a la pesquería de bonito del norte y que habitualmente desembarca sus capturas en el puerto pesquero de Avilés realiza la faena de pesca con el arte denominado "curricán" o "cacea", el arte de pesca más selectivo que existe y permite un esmerado cuidado del producto".
