"Estoy muy contento y agradecido porque el Carnaval de verano no llegó a celebrarse, fue una jornada normal y hay que agradecer el comportamiento de todos, el civismo de los ciudadanos, la responsabilidad de los hosteleros y la campaña y la presencia policial", indicó ayer el alcalde, Jorge Suárez, que calificó de "ejemplo" para todos los días que dure la pandemia, ya que casi nadie se enfundó un disfraz, que los bares cerraron a la hora fijada y que el dispositivo policial apenas tuvo que intervenir.
La nota discordante de "una jornada normal" la pusieron tres hombres de entre 30 y 40 años que estaban consumiendo alcohol en el entorno del polideportivo y que serán sancionados. Cuando fueron "pillados" por la Policía Local, los bares aún estaban abiertos. "No llega ni a anécdota", señaló el jefe de la Policía Local de Gozón, Santiago Cañal, en comparación con los datos que se solían registrar la madrugada del 14 al 15 de agosto en el casco urbano de Luanco. Cañal destacó que "no hubo nada de altercados, ni daños en el mobiliario ni apenas suciedad en las calles". "Vimos a chavales hasta las seis de la mañana, pero estaban deambulando por las calles disfrutando de una noche agradable, otros estaban sentados... La chavalería se portó muy bien", apuntó Cañal.
El edil de Festejos, Daniel Fernández, y el alcalde, Jorge Suárez, también se dieron un paseo por Luanco durante la noche para comprobar el cumplimiento del plan anticovid que suspendió el Carnaval. Visto el éxito del protocolo, Fernández destacó: "Los ciudadanos están concienciados contra las aglomeraciones y junto al dispositivo que teníamos todo ayudó a que funcionara". Suárez destacó que en esta época de pandemia para prevenir más contagios de covid "hay que arrimar todos el hombro". "Menos mal que no pasó como en Ribadesella, que suspendieron las piraguas y, luego, mira la que se montó", concluyó el regidor gozoniego, que sacó pecho del comportamiento de sus convecinos en el "no Carnaval de verano".
