Dieciséis meses y once días después de que una mujer de la limpieza encontrara el cadáver de la mujer transexual Paloma Barreto, de origen brasileño, en un piso de citas en el número 62 de la calle de La Cámara de Avilés, el caso llega a la Audiencia. En el banquillo, acusado por un supuesto delito de asesinato, se sentará su compatriota, A. L. d. O., considerado por el Ministerio Fiscal el principal sospechoso de haberle asestado las 18 puñaladas que acabaron con su vida. Actualmente se encuentra en prisión provisional en el Centro Penitenciario de Asturias a la espera de la vista oral, ante un Tribunal del Jurado, señalada a partir del 1 de febrero. La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato. Y solicita que se condene al acusado a 23 años de prisión, con inhabilitación absoluta, y abono de las costas procesales.

El Ministerio Fiscal sostiene que el 20 de septiembre de 2019, sobre las siete y media de la tarde, el acusado, que convivía con la víctima, entabló con ésta una discusión por motivos que se desconocen. En el transcurso de la misma, con evidente intención de acabar con su vida, le propinó hasta 18 puñaladas en el rostro, en la espalda y en la parte anterior del tórax y el abdomen, algunas de las cuales afectaron a zonas vitales y le causaron la muerte. Con su ataque, el acusado impidió toda posibilidad de defensa de la víctima, agregan. El arma homicida desapareció de la escena del crimen, probablemente por acción del acusado, siempre según el escrito de fiscalía. Fue detenido en León a las pocas horas de que los agentes descubrieran el cuerpo sin vida de Barreto.

El pasado abril, en una entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA desde el centro penitenciario de Asturias, A. L. d. O. se defendía: “Soy víctima de una injusticia y estoy sufriendo: yo no maté a Paloma Barreto”. En anteriores declaraciones ante el juez, A. L. d. O. aseguró que cuando abandonó el piso de la calle de La Cámara, la mujer transexual seguía con vida y con uno de sus clientes en la vivienda. “El delito lo cometió otra persona. No recuerdo muchos detalles de cómo era el hombre, pero se trataba de un señor con poco pelo o calvo, un poco gordo y que llevaba una camisa o una cazadora negra. En ningún momento escuché a Paloma llamarlo por el nombre. No sé si fue él quien la mató. Sé que ambos discutieron en la vivienda y, dada mi situación irregular en el país, fue cuando decidí irme a León, donde tenía residencia”, defendió el acusado en estas páginas.

Paloma Barreto tenía 38 años. Era una conocida prostituta brasileña que recorría el país ofreciendo sus servicios. De su llegada aquel mes de septiembre de 2019 a Avilés poco se sabe. Aunque algunos vecinos del barrio avilesino de Sabugo, cerca de donde ocurrió el trágico crimen, la conocían. Barreto se movía con el llamado “sistema de plazas”, como denominan las prostitutas al trabajo mediante alquiler de habitaciones en casas de citas, que les permite moverse por toda la geografía española. El piso de la calle de La Cámara donde Paloma Barreto fue asesinada tenía varias estancias, y la brasileña había alquilado una de las habitaciones hace unos días en compañía de un hombre, como dio a conocer entonces este diario. El cuerpo lo encontró una mujer de la limpieza, que dio aviso a las fuerzas del orden, el día 21 de septiembre de 2019, pero llevaba al menos dos días yacente.