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La nueva ley de Pesca plantea quitar cuotas a los barcos que no las usen

El borrador recoge la medida, que busca optimizar el consumo de los cupos, y elimina la actual fórmula de adquirir posibilidades de pesca

Los arrastreros avilesinos “Luscinda”, en primer término, y “Cabo San Lorenzo”, durante un día de pesca. | R. Solís Ricardo Solís

La nueva Ley de Pesca Sostenible e Investigación Pesquera que tramita el Gobierno avanza y entre las medidas que recoge está la posibilidad de retirar las cuotas asignadas a un barco, si este no las utiliza por un período de tiempo determinado, con el objetivo de agotar las posibilidades de pesca del país. El borrador del anteproyecto, al que ha tenido acceso “Faro de Vigo”, periódico del mismo grupo editorial que LA NUEVA ESPAÑA, refleja entre su articulado ésta y otras medidas relativas a una mayor optimización de los cupos, como es la posibilidad de dar entrada en los censos de flota a buques sin un historial previo de pesca en ciertas pesquerías o la vigencia de cuatro años para las licencias de pesca, cuya renovación no será automática. El texto es una de las medidas estrella del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación que dirige Luis Planas y su entrada en vigor está prevista en 2022.

Esta nueva ley, que derogará parcialmente la Ley 3/2001 de Pesca Marítima del Estado, forma parte del paquete legislativo anunciado por el Gobierno para definir y actualizar el funcionamiento de la industria pesquera. El anteproyecto salió a consulta pública el pasado 15 de enero y durante una quincena de días, aunque no fue hasta ahora cuando llegó el borrador con su articulado, cuyo texto se espera que llegue a las Cortes en el segundo semestre del año.

El anteproyecto salió a consulta pública el pasado 15 de enero y durante una quincena de días, aunque no fue hasta ahora cuando llegó el borrador con su articulado, cuyo texto se espera que llegue a las Cortes en el segundo semestre del año

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Las 41 páginas del documento (con 59 artículos y 10 títulos) comienzan con un preámbulo en el que Pesca insiste en la necesidad de adaptar la actividad a los nuevos tiempos tras los veinte años de convivencia con la anterior legislación (y sus sucesivas actualizaciones). Para ello, entienden que es necesario un “crecimiento sostenible e integrador” para el sector, haciendo hincapié en todo el texto en la palabra “sostenibilidad”.

Es en este inicio en el que figura una nueva consideración sobre las licencias de pesca, y por tanto las posibilidades asociadas, que a juicio de Pesca “implican el reconocimiento de un derecho de naturaleza patrimonial no indemnizable cuando su privación singular se ajuste a lo establecido en la norma reguladora de su otorgamiento (...)”. Es decir, se modifica el concepto de derecho de pesca y se especifica que en caso de una retirada de licencia y cuotas no habría derecho a indemnización alguna, lo que generaría inseguridad jurídica a los armadores.

Pescadores en el puerto de Luanco

Ya en el articulado, probablemente los apartados más relevantes son los del título quinto y, en concreto, los 40, 41, 42 y 43, los relativos a la gestión de cuotas. Así, la Administración “podrá establecer anualmente un mecanismo de optimización” con el objetivo de “maximizar la eficiencia en el consumo de las posibilidades de pesca asignadas”. Así, se pondrán “a disposición de los buques que las requieran” las cuotas de otros barcos “que resulten sobrantes”. ¿Qué quiere decir esto? Que si las asignaciones de cupos a una embarcación, grupo de ellas o censo es superior al consumo que realizan “de acuerdo a los desembarques realizados en los años precedentes”, estas podrán ser repartidas [entre otros buques].

En el artículo 41, sobre “reserva de posibilidades de pesca”, se especifica que Pesca podrá retener hasta el 10% de los cupos para repartir posteriormente para compensar sobrepescas, evitar paralizaciones de barcos, realizar intercambios con otros países o, como novedad, permitir la entrada a la pesquería de buques “que no reúnan los requisitos de actividad histórica”, lo que abriría los censos.

En cuanto a los intercambios con otros países, regulados en el artículo 42, estos podrán ser solicitados por los interesados y su posterior reparto se realizará en base a criterios como “la aportación de cuota que realiza cada buque para llevar a cabo el intercambio”, “el grado de dependencia económica” de la especie o, como novedad, “la mejora en la selectividad de las artes de pesca empleadas”.

Se elimina la posibilidad de realizar cesiones temporales de cupos por grupos, práctica vigente y empleada por los armadores

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Por último, el artículo 43 es el que fija la “prescripción” de las cuotas de un buque o grupo de buques. Para Pesca, “la no utilización de las posibilidades de pesca” asignadas “para una determinada pesquería y por un período continuado, podrá conllevar la retirada” de las mismas “salvo causa justificada”.

No concreta el período de tiempo o si la transmisión temporal de cuotas, práctica que realizan muchos armadores, cuenta como “utilización” o no. Por otro lado, en ese mismo título (el quinto), que hace referencia a la gestión de los recursos, se trata la transmisión de cuotas. En el artículo 34 se elimina la posibilidad de realizar cesiones temporales de cupos por grupos, práctica vigente y empleada por los armadores. Además, no figura por lugar alguno la posibilidad de adquirir cuotas.

El documento incluye otra serie de novedades importantes, como aquellas que tienen que ver con los censos de flotas. Y establece que los buques estarán divididos en censos de acuerdo a los caladeros en los que ejerzan su actividad, que a su vez “podrá subdividirse en subcaladeros o zonas de pesca”, y a una modalidad. Además, “un mismo buque podrá ser incluido en varios censos”.

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