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La avanzadilla del bonito se prepara para zarpar con previsión de buenas capturas

“La temperatura del agua y la concentración de plancton son óptimas”, asegura el armador que cada año trae a puerto los primeros túnidos

Fidel Álvarez Garaot, con el barco “Esmeralda Tercero” detrás. Ricardo Solís

Los barcos asturianos “Esmeralda Tercero” y “Berriz Amatxo”, propiedad del armador Fidel Álvarez Garaot, ya están siendo pertrechados en los puertos de Cudillero y Avilés con idea de zarpar a comienzos de la próxima semana hacia aguas de las islas Azores en busca de los primeros bonitos del año. A la avanzadilla asturiana la acompañará el buque vasco “Goienkale”, tal como viene siendo habitual en los últimos años, y también otras tres embarcaciones de Bermeo (Vizcaya) que se suman a la “carrera del bonito” atraídas por la posibilidad de hacer una buena venta en la subasta inaugural de la costera, que tradicionalmente se lleva a cabo en la rula de Avilés.

Fidel Álvarez Garaot comentó ayer a este diario que el plan es emprender una travesía de unos tres días que llevará a las tripulaciones de sus barcos –doce hombres en total–, tras navegar unas 900 millas, al entorno del archipiélago portugués, situado a unos 1.400 kilómetros de Lisboa en medio del océano Atlántico. Las previsiones con las que trabaja este experimentado pescador de bonitos son halagüeñas: “Por los datos de satélite que hemos analizado, la temperatura del agua es óptima, lo mismo que la concentración de plancton en las zonas donde lanzaremos los anzuelos. Así mismo, la previsión meteorológica es favorable. Solo hay que cruzar los dedos y esperar que nada se tuerza”.

“Por los datos de satélite que hemos analizado, la temperatura del agua es óptima, lo mismo que la concentración de plancton en las zonas donde lanzaremos los anzuelos. Así mismo, la previsión meteorológica es favorable”

Fidel Álvarez Garaot - Armador de los primeros barcos que irán al encuentro del bonito

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El pasado año, la primera tina de bonito de la temporada del Cantábrico se subastó en la rula de Avilés el 31 de mayo. Entonces marcó el récord absoluto de 350,60 euros el kilo y fue adquirida –otro año más, y van 22– por la cadena asturiana de alimentación Alimerka. En 2019 el récord había quedado establecido en 330,60 euros y en 2018, en 300,20. Es decir, el precio de los primeros bonitos vive en una escalada permanente, pareja a la expectación mediática que genera su llegada a tierra.

“Esperemos que la costera dure más que estos últimos años”, desea Álvarez Garaot haciéndose eco del sentir general de los pescadores asturianos. Y es que desde hace tres años el cupo asignado a España se consume antes de acabar agosto dejando a decenas de barcos sin especies objetivo a las que dedicarse. Esta rapidez en el consumo de la cuota de bonito es debida a un doble factor: el creciente número de barcos que se apunta a pescar bonitos y la cercanía de los cardúmenes a la costa, lo cual facilita su captura.

Las primeras sardinas de la costera de 2021, vendidas a 2,5 euros el kilo


Los barcos de cerco, que tienen un tope diario de capturas de 1,5 toneladas, localizaron el pescado azul a la altura de Lastres


La sardina se ha unido este mes a las posibilidades de pesca de la flota asturiana, ocupada también en las costeras de bocarte y xarda (caballa), además de seguir trayendo a puerto merluza y pescado variado. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación autorizó la semana pasada el inicio de la campaña de la sardina, cuyo punto álgido llegará en verano. Los barcos asturianos especializados en la pesca de este pescado azul (rico en grasas insaturadas, entre ellas los ácidos grasos omega 3) ya se han estrenado con capturas realizadas en las inmediaciones de Lastres y vendidas en rula ayer mismo a un precio medio de 2,50 euros. A juicio de los pescadores, se trata de “un buen precio” y confían en que tenga continuidad.

A España le corresponden este año 7.193 toneladas del cupo total de 21.472 toneladas concedidas por la Unión Europea a la península Ibérica; el resto lo pescará la flota portuguesa. Esa cantidad responde a la recomendación del Consejo Internacional para la Exploración del Mar y a la aplicación de la regla de explotación precautoria de 2020. 

En el litoral Cantábrico, la pesquería de sardina se regula mediante topes de captura diarios para permitir el mejor aprovechamiento de la cantidad disponible. Estos topes de captura y desembarque se fijan por jornada de pesca y barcos, siendo ahora mismo de 1.500 kilos. La previsión es que el tope aumente a partir de junio, cuando la demanda de sardina aumenta y el pescado está en su sazón.

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