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Azsa impulsa un plan de bajas incentivadas para la conclusión de la nave de electrólisis

La compañía mantiene su apuesta en la comarca, asegura, ante un ajuste no traumático, que prevé desarrollar en el medio plazo

Estado actual de las obras de la nueva nave de electrólisis de Asturiana de Zinc.

La apuesta por la mejora de la productividad y la eficiencia energética que implica la próxima puesta en marcha de la nueva nave de electrólisis de Asturiana de Zinc (Azsa) también lleva aparejado, en el medio plazo, un plan de ajustes “no traumático”, aclaran desde la compañía, que no será obstáculo para mantener su apuesta industrial en la comarca y por la creación de empleo.

La nueva nave de electrólisis que sustituirá a dos más antiguas de la fundidora de San Juan de Nieva y que implica una inversión de más de 100 millones de euros, moviliza en algunos momentos de los trabajos más de medio millar de empleos, lo que representa casi la mitad de la plantilla actual. La fábrica de Castrillón, con 900 personas ocupadas, sostiene buena parte del empleo industrial en el concejo y ha visto ‘crecer’ ahora su plantilla con la presencia de los grupos de construcción y suministro para levantar la nueva nave.

El citado plan de ajuste, que se presenta como bajas voluntarias o prejubilaciones incentivadas, fue presentado por la dirección de la compañía a la representación de los trabajadores. Según fuentes del Sindicato Independiente de Trabajadores de Asturiana de Zinc (SITAZ), el planteamiento de la empresa fue acogido con buena expectativa, habida cuenta de que despeja el panorama para una parte de los trabajadores que se encuentren en la recta final de su vida laboral. Se les ofrecerán condiciones ventajosas y alcanzaría a todos los departamentos de la fábrica de San Juan de Nieva.

Para los responsables de la compañía la nueva nave es, asimismo, una apuesta clara por el mantenimiento de la actividad industrial de Asturias. El presupuesto de la obra que se está realizando en el antiguo parque de intemperie supera a la inversión prevista para el centro logístico de Amazon en el polígono de Bobes (Siero), donde se anuncian 2.000 empleos, tantos como los que ronda Azsa entre su plantilla y el personal vinculado a la obra de ampliación.

El aumento del precio de la energía es uno de los factores que genera mayores incertidumbres para la empresa. Pese a todo, no se espera que el citado plan de bajas incentivadas cause trastorno alguno sobre la producción. La previsión de finalización de los trabajos de la nueva nave de electrólisis (la E, que sustituye a la A y la B) se sitúa en el segundo semestre de 2022, por lo que la propuesta de prejubilaciones (que alcanzaría a la plantilla por encima de 55 años) no se activaría hasta que se haya cumplido ese hito.

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