La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Espacios de Cultura

Avilés afronta el verano postpandemia con la oportunidad de poner en uso lugares infrautilizados o desconocidos para actividades artísticas

Una exposición en la Casa de Cultura de Avilés.

Si Shakespeare hubiera conocido Avilés, seguro se habría inspirado en ella y su mercader habría sido de la villa del Adelantado, porque su ría, de noche y de día, inspira la creación artística. La carta de presentación de la ciudad en el portal turístico del Principado de Asturias invita a la reflexión sobre la potencia de Avilés y sus industrias culturales.

El Ayuntamiento decidió en la década de los ochenta del siglo XX, la construcción de una nueva Casa de Cultura que atendiese la creciente demanda de este tipo de actividades entre la sociedad avilesina.

Ubicada en el punto de unión del centro de la ciudad con el parque Ferrera, aprovechando una zona de abundante tránsito peatonal , el equipamiento se convirtió enseguida en puerta de entrada para un sinfín de iniciativas: del cine al teatro, las artes plásticas y, en ocasiones, el complemento perfecto, con el paso del tiempo, para el vecino Conservatorio.

En la década siguiente sumaría el renovado teatro Palacio Valdés, que reabría en noviembre de 1992 tras la finalización de las obras de restauración. La Factoría Cultural, centro artístico multidisciplinar es ya de la primera centuria del siglo XXI y el CMAE (Centro Municipal de Arte y Exposiciones), con la que está llamada a ser la exposición del verano en Avilés, con un centenar de obras de los autores del grupo “El Paso” completa el escaparate de la cultura local.

El Avilés contemporáneo vivió también una gran revolución de la mano de la siderurgia, lo que también ha marcado una fisonomía posindustrial que inspiró al genio brasileño de la arquitectura, Oscar Niemeyer, con la última de sus grandes obras internacionales, un centro cultural que lleva su nombre y que es símbolo de la renovación urbanística y sociológica que todavía hoy vive la ciudad.

Ese Avilés, comercial, marinero y medieval a un tiempo pelea por hacerse un sitio en el sector de las industrias culturales y en ello se advierten los gustos, preferencias, hábitos de consumo y deseos de la sociedad local.

El infrautilizado complejo cultural de la ría, la oportunidad para cierta programación artística del pabellón de La Magdalena y la versatilidad de ciertos suelos más allá de sus futuros desarrollos urbanísticos abren nuevas oportunidades para evaluar los procesos de socialización que acompañan a estos espacios.

En tiempos de cambio, las industrias culturales se convierten en el termómetro del desarrollo de las sociedades posindustriales.

Compartir el artículo

stats