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Conmoción en la pesca asturiana: muere a los 46 años el armador Fidel Álvarez Garaot, el "rey del bonito"

Estaba participando en la costera del bonito cuando sufrió una indisposición

Fidel Álvarez, en el puerto avilesino.

El armador de Oviñana (Cudillero) Fidel Álvarez Garaot ha fallecido esta madrugada. Tenía 46 años. Estaba participando en la costera del bonito cuando, según ha podido saber este diario, sufrió una indisposición. Nada se pudo hacer por la vida de este hombre que empezó a ejercer como patrón en 1998 a bordo del "Esmeralda". Al lugar de los hechos acudió un helicóptero medicalizado que certificó su fallecimiento. La previsión es que el cuerpo del patrón pixueto llegue esta madrugada a Avilés.

En la actualidad Fidel Álvarez Garaot tenía dos barcos, el "Berriz Amatxo" y el "Esmeralda III", que gobernaba al alimón con su hermano Iván. Álvarez Garaot estudió en la Escuela Náutica Mayor de máquina y Patrón de altura. Fue presidente de la Cofradía de pescadores "Virgen de las Mareas" de Avilés y era conocido como el "rey del bonito", pues temporada tras temporada, excepto esta, llegaba al puerto avilesino con los primeros bonitos del norte de la temporada.

Tenía aspecto de vikingo. Y tal vez había algo de eso en sus genes, aunque de nórdico no tenía nada. Fidel Álvarez Garaot era de Cudillero, pero no pixueto: farriego; o sea, de Oviñana. –“Sí, soy de Oviñana, una prueba de que los aldeanos también sabemos pescar”, decía entre risas este hombre criado en un concejo que, de hacer caso a la leyenda, fue asentamiento de grupos de incursores, exploradores y comerciantes escandinavos. Como muchos de aquellos, Fidel Álvarez Garaot era también pescador. Y no un pescador cualquiera: desde hace ya muchos años era el que desembarca en Avilés los primeros bonitos del Norte de la temporada. “Embarqué por primera vez, mandando yo, en 1997 y dos años después me estrené en la campaña del bonito. Y hasta hoy”, relataba el año pasado a LA NUEVA ESPAÑA. Fidel Álvarez tenía 46 años, aunque nunca lo tuvo muy claro. Dudaba si uno más o uno menos. Cosas de los que salen a la mar.

Fidel Álvarez Garaot, el pasado mayo, preparando el barco para el bonito. Ricardo Solís

 A Garaot lo de pescar le venía de familia, era la tercera generación “de los Vidal”. Aunque no siempre tuvo tan claro como lo tenía ahora que lo suyo era vivir en alta mar. Hubo un tiempo en el que soñó con ser médico; más que médico, cirujano. “Quería estudiar esa carrera, me gustaba, me llamaba la atención. Mi padre me dijo que probara un par de meses con los barcos y que si no valía me pagaría los estudios. Así empecé, y aquí sigo”, confesaba. De su pasión por la medicina le quedan los cursos de primeros auxilios que renueva cada dos años para cubrir cualquier posible emergencia en alta mar. Anoche no pudo hacer nada por salvar su propia vida. Por lo demás, el barco era como su casa: viajaba, entre otros, con su cuñado, Jesús Antonio Gómez; con su hermano Iván y, hasta hace poco, también iba con su padre, Ramón Álvarez, recientemente jubilado, y el perro de éste, “Cala”. Lo único que le ataba a tierra, en realidad, es la familia que no le acompaña a la mar: su mujer, Patricia Guardado, y sus hijos, Asur y Goreti. “La temporada de verano es bastante complicada porque apenas los veo y, precisamente, es cuando los guajes tienen vacaciones. Pero compenso esa ausencia en verano con el tiempo que les puedo dedicar en invierno”, decía hace unos meses a pie de muelle. 

Ubicación del "Esmeralda III", según "vesselfinder.com"

Fidel Álvarez, además de marinero, fue también mandamás: en abril de 2014 fue nombrado patrón mayor de la Cofradía de Pescadores “Virgen de las Mareas”, cargo que ratificó en las elecciones de octubre de 2015. Dos años después y por sorpresa presentó su dimisión. A simple vista, el de Oviñana se sentía más cómodo en el puente de mando del “Esmeralda Tercero” que en los despachos ministeriales. “Voy a morir en la mar”, subrayó a LA NUEVA ESPAÑA. Y murió en un Cantábrico mientras participaba en su costera, la del bonito.

El plan de Fidel Álvarez Garaot era seguir en la mar todo el tiempo que pudiera. El infortunio se cruzó en su camino a los 46 años. Fidel Álvarez es un explorador de mares. Y este amanecer Asturias despertó entre nubarrones. Nadie podía creer que el adiós al "rey del bonito" era el último.

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