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Carlos Alberto Cano | Catedrático de la Universidad Javeriana de Bogotá

“La segunda pandemia es la de las enfermedades crónicas no controladas”

“Realizar actividad física y cognitiva puede prevenir el alzhéimer y, en muchas ocasiones, frenar su desarrollo”

Carlos Alberto Cano durante su ponencia “Un ejemplo de investigación del adulto mayor con diabetes”.

El catedrático de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Carlos Alberto Cano, participó ayer en los cursos de la Granda 2021 con su ponencia “Un ejemplo en la investigación del adulto mayor con diabetes”. En una conversación con LA NUEVA ESPAÑA, el experto explicó cómo se vive la crisis sanitaria por el covid en Colombia y los avances relacionados, no solo con la diabetes, sino también con el alzhéimer y su prevención.

–Es un hecho que la esperanza de vida ha crecido significativamente en los últimos años y cada vez hay más gente mayor. ¿Cómo está afrontando esto el sistema sanitario?

–Las realidades del envejecimiento son universales, aunque sí es cierto que algunos países tienen unos crecimientos más rápidos y otros más lentos. España es, sin duda, un ejemplo de esos países que han podido envejecer de una manera progresiva y controlada. Creo que gran parte de las tareas que se hacen en investigación y en aportes al sistema de salud y de seguridad social van en beneficio de esta población más envejecida. Este curso de La Granda que se hace en Asturias ayuda mucho a que aumente el conocimiento entre la población de temas que son muy importantes para los ancianos.

¿Cómo afrontó el sistema de salud de su país, Colombia, la situación causada por el covid-19? ¿Y en qué situación se encuentra ahora el país?

–Esta ha sido una situación que nos ha cogido a todos los países por sorpresa en el sentido de lo catastrófico y de la magnitud que ha tenido. Es cierto que los países europeos en general han tenido una situación previa a la de América Latina, es decir, que lo que ha ocurrido en Europa luego se replicó en Latinoamérica. En este momento estamos en un punto muy favorable en el que no hemos tenido cinco picos de riesgo, sino tres, estamos en un punto bajo afortunadamente. Hubo momentos críticos en los que tuvimos que hacer ajustes, como los hizo España, en camas de cuidados intensivos para poder enfrentar esto con una mejor atención a la población adulta mayor. Nuestros sistemas en América Latina tienen menos recursos, entonces lo que intentábamos hacer era aplanar ese pico y convertirlo en curva, lo que de alguna manera se logró, aunque no con el éxito que todos hubiéramos querido. Debemos mantenernos en la lucha contra las próximas oleadas que puedan acontecer.

–¿Cómo está evolucionando el proceso de vacunación?

–El acceso a la vacuna ha sido más competitivo en países en vías de desarrollo y digamos que ha sido desigual en la región, pero en este momento ya hemos llegado a coberturas por encima del 50 por ciento y esperamos llegar pronto a ese número mágico de la inmunidad de rebaño. Ya estos días se empezó la vacunación del grupo de mayores de 15 años, con lo cual quedaría la franja de 12 a 15 años, que es más pequeña, pero que esperamos que en un par de meses ya se haya cubierto. Aún así, creo que las medidas sociales y de salud pública siguen siendo válidas y son muy sencillas: mascarillas, distanciamiento físico e higiene de manos. Creo que todo está inventado en ese sentido y no es tan costoso en salud pública llevar a cabo esas medidas y tener responsabilidad social.

–Respecto al uso de las tecnologías en el sistema sanitario, tema que también se esta tratando en estas ponencias, ¿cómo se están empleando, no solo para el tratamiento de enfermedades sino para comunicarse con los pacientes y hacerles un seguimiento a distancia?

–Con todo lo que ha pasado todos hemos tenido un curso acelerado de tecnologías. Esta situación ha supuesto unos riesgos para la población adulta mayor y anciana como trastornos del afecto, pérdida de la masa muscular por sedentarismo, y por supuesto, el aumento de las enfermedades crónicas que no han tenido control. Es por esto que las tecnologías han buscado de alguna manera mitigar el impacto del aislamiento, y es así como la telemedicina y la teleconsulta han sido protagonistas. La segunda pandemia no es la del covid-19, sino la de las enfermedades crónicas no controladas.

–Su ponencia se titula “Un ejemplo en la investigación del adulto mayor con diabetes”, ¿qué mensaje quiere trasladar?

–Lo que voy a presentar es un estudio que comenzará en septiembre en América Latina, en coordinación con la Comunidad Europea, donde España es líder. El estudio será en Colombia, Perú, México y Chile. Participarán 1120 personas ancianas con diabetes y fragilidad a las que se les va a hacer una intervención estructurada para mejorar su capacidad funcional y su calidad de vida. Se les dividirá en dos grupos al azar, para intervenir a uno de los dos grupos. A estos se les va a dar un reforzamiento y una educación en la actividad física con una herramienta que se llama “Vivifrail”, para hacer ejercicios en casa, que tiene diferentes grados de complejidad. Se hará también una intervención en nutrición, con educación nutricional, sin medicamentos. Todo esto se monitorizará y al año se analizarán los resultados de las personas intervenidas y de las que no.

–Usted no solo es experto en diabetes sino también en alzhéimer, ¿está habiendo algún avance actualmente que pueda contar?

–El alzhéimer va ligado a la edad, y aunque queda mucho por hacer, ya hay suficientes evidencias que muestran que se puede disminuir hasta en un 40 por ciento la posibilidad de tener una demencia con intervenciones en el curso de la vida. Tener un nivel educativo adecuado y evitar malos hábitos puede ayudar. Una nueva iniciativa conocida como “dual task”, que se basa en realizar dos acciones simultáneas de actividad física controlada y actividad cognitiva, puede prevenir la enfermedad y, en muchas ocasiones, frenar su desarrollo.

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