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Las estafas por internet se disparan con anuncios de “gangas” y enlaces falsos

La Policía Nacional alerta de los métodos que usan los ciberdelincuentes y ofrece charlas a colectivos y empresas para evitar caer en sus redes

Las estafas por internet han registrado un considerable incremento en el número de denuncias que se presentaron el año pasado en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Avilés. La mayoría son de ciudadanos particulares, pero empiezan a tener cierta importancia las que sufren las pequeñas y medianas empresas, las conocidas como “estafa del CEO”, que supone varios miles de euros a los afectados.

La Policía ya ofrece a colectivos vecinales y organizaciones empresariales la posibilidad de impartir charlas informativas para concienciar y alertar a la población de las medidas de precaución que debe adoptar tanto delante del ordenador como en sus teléfonos móviles.

Las denuncias por estafas en internet se dispararon en 2020, el año de la pandemia y el confinamiento, sobre todo mediante tarjetas de crédito, débito y cheques viaje. Pero fue sin embargo en 2019 cuando se registró el mayor número de denuncias.

A la espera del cierre definitivo de la estadística correspondiente a 2021, las proyecciones apuntan a incrementos de entre un 15 y un 20 por ciento respecto de 2019, aunque también se prevé un descenso de aproximadamente un 5 por ciento respecto de 2020. Aun así, la Policía detecta un incremento continuado en este tipo de delitos y llama la atención sobre los más habituales.

La “estafa del CEO”

Uno de ellos es el que sufren las pequeñas y medianas empresas, la “estafa del CEO”. Consiste en que el supuesto jefe llama al responsable de los pagos a proveedores indicando que se ha cambiado de proveedor y por tanto de cuenta bancaria, por lo que se debe de hacer una transferencia con urgencia para poner las cosas al día y en orden. Normalmente esta persona cumple la orden sin rechistar, hasta que en la empresa se dan cuenta de la estafa.

Pero la más habitual es la de aquellos que creen haber encontrado gangas por internet. Se trata generalmente de artículos falsos, o que no llegan, o en realidad tal página web no existe. La Policía recomienda “investigar” sobre esa página, buscar comentarios de otros usuarios, contrastar con otras personas a ver si la conocen.

Otro método de estafa es la que se produce cuando se reciben mensajes supuestamente de la entidad bancaria con la que se trabaja. O de una compañía eléctrica.

La Policía insiste: los bancos y las eléctricas nunca solicitan a sus clientes datos por internet, y no envían mensajes indicando que se pinche en ningún enlace. Los mensajes que se reciben en el teléfono indicando que no se ha podido entregar un envío e indican una dirección en la que invitan a ‘pinchar’, son generalmente una estafa.

Lo que ocurre si se ‘pincha’ es que redirecciona a una página web para obtener datos personales o bien pueden introducir un virus en el móvil que da acceso a toda la información.

Este tipo de delitos son cometidos habitualmente por organizaciones incluso internacionales a las que es difícil localizar. Una ardua tarea a la que se dedican especialistas de la Policía.

Un viejo conocido que escribe al correo después de mucho tiempo, motivo de sospecha

Los antiguos contactos que hace tiempo que figuran en las agendas del correo electrónico pero que pasan los meses y no se utilizan, y las páginas que animan a hacerse con “chollos”, son carne de estafa. También hay que desconfiar cuando se recibe un correo electrónico de una persona conocida, pero con la que hace tiempo que no se tiene contacto. En ellos generalmente se indica una nueva dirección de correo o un nuevo número de teléfono.

En estos casos, indica la Policía, no se debe de pinchar ni en la dirección ni llamar a ese número de teléfono. Lo más correcto sería escribir a esa persona a la dirección de siempre o bien llamarle al número de teléfono en el que se contactaba habitualmente. Y si es posible, mejor aún si se tiene un teléfono fijo, que es mucho más difícil de “contaminar”. Otro método habitual entre los ciberdelincuentes que se dedican a las estafas es la de ofrecer productos a precios muy competitivos a través de páginas web en las que aparentemente todo es normal. Pero cuando aparece en grandes letras la palabra “aceptar”, nunca se debe de hacer.

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