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La banda sonora de los disfraces en Avilés: repaso a las actuaciones más recordadas

Las fiestas carnavaleras pasan de las coplas de Jerónimo Granda a la electrónica más avanzada tras pasar por Georgie Dann o la “Orquesta Mondragón”

El músico Georgie Dann en El Parche MIKI LOPEZ

El Antroxu avilesino tiene disfraces, tiene espuma y tiene también música. Mucha música. Desde el principio de los tiempos que, por lo que se refiere al Carnaval, es lo mismo que decir “desde el principio de los ochenta”, que fue entonces cuando las fiestas de desmelene y camuflaje todavía eran las mayores del norte de España.

La presencia en la plaza de España de tipos tan conspicuos como Georgie Dann o Peret dan fe de ello. El ambiente festivo –era obligatorio– también tenía que notarse en lo alto del tablado del Parche. Ya fuera el año del Far West, de Egipto o de los dibujos animados. “Borriquito como tú”, “El chiringuito” y cuerpos bailongos escondidos en fundas de osos panda, de vacas suizas o mexicanos con ponchos y escopetas de pega. Un grupo de lejos y una verbena de cerca para cerrar la noche. Las ganas de música se ve subrayada por la elección de los responsables de las fiestas

La banda sonora de los disfraces

Así han sonado en Avilés cosas tan de resonar como “Decimos no no a la guerra que la guerra es mu perra. / Y si nadie nos quiere echar cuantas / que mira que la peña esta que revienta / desde Madrid a París, desde Cádiz a Pekín / la gente en la calle dice no que no no a la guerra / que la guerra es mu perra”. Cosas del momento en que las armas de destrucción masiva estaban en los telediarios y se notaban tanto como para saltar a la letra de “Las niñas”, aquel grupo que fue de Alba Molina, Vicky Luna y Aurora Power (anuncian su regreso después de quince años de ausencia).

Pero todo empezó con Jerónimo Granda, el de las coplas de Carnaval. Todos los Descensos de Galiana eran suyos, sobremanera, los de la edad gloriosa, los de “Falo El Cuzo”, “La Pecera” con peces campeones de natación, el comienzo de los coches de arrastre y peligro. Cosas de aquellos primeros años musicales fueron versos tan certeros como estos: “Paseando po la playa /la señorita Manuela / entre la arena alcontró / una sabrosa masuela”. Se la enseñó a su mozu de tal modo que se le abrió el apetito. Y es que el chaval era aficionado al marisco. Sin embargo, “una vieya que los vio / dixo la probe muyer / tamién tengo yo un centollu / y ni dios se acuerda del”.

Uno de los espectáculos más señalados en las fiestas de Antroxu fue el que protagonizaron “Las Nancys Rubias” en 2008. Y fue señalado porque duró nada, porque salieron los de Mario Vaquerizo así como sin ganas y porque se fueron deprisa y corriendo. No pasó lo mismo con “Mürfila”, que también actuó aquel mismo año. Por entonces el programa de la celebración empezó a incluir sesiones de música electrónica. Lo llamaron “Antroxu’s dance” y la plaza, sin covid y sin nada, se transformaba en una pista ibicenca. Con un poco más de lluvia y bastante más frío, pero ibicenca en el fondo.

La banda sonora de los disfraces

Los responsables de las fiestas también han cedido el escenario mayor a músicos avilesinos. Sara Moritán, por ejemplo, presentó su disco “Libre” recién llegada, como quien no quiere la cosa, del Eurojunior de 2004.

La “Orquesta Mondragón” es uno de los pocos grupos que ha repetido. La última vez en que estuvo en Avilés fue en 2017. Entonces con “Que viene Trump”. Este próximo lunes sale a escena con “Historias extraordinarias”. Gurruchaga pondrá banda sonora este año a la fiesta que vuelve a ser la que era. Con la normalidad a punto de llegar.

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