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Cristina Inogés | Teóloga, participó en el Sínodo de los Obispos

“La ‘revolución’ de Vaticano II se frenó al coincidir con Mayo del 68”

“El sínodo de los obispos no trata de hacer otra iglesia, trata de que todos juntos podamos hacer iglesia de otra manera”

Cristina Inogés, durante su conferencia en Valdecarzana. María Fuentes

La teóloga zaragozana Cristina Inogés participó ayer en la Semana Solidaria de Llaranes. Su charla la tituló “Caminar Juntos” que es lo que significa en realidad la palabra griega “Sínodo”. Y es que Inogés, siendo mujer, participó en la apertura de la última reunión de los obispos que inauguró el papa Francisco. Conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono unas horas antes de llegar a Avilés.

–Por empezar por el principio. ¿Qué le parece una actividad como esta de la Semana Solidaria?

–Le confieso que no la conocía. Cuando se pusieron en contacto procuré informarme y me pareció una iniciativa estupenda, así que dije que sí al momento.

–Participó en la apertura del Sínodo de los Obispos.

–En mi calidad de componente de la comisión metodológica del Sínodos.

–Pero es que es una reunión de obispos y usted es mujer.

–El papa Francisco dijo muy pronto que la estructura de los sínodos eran muy rígidas. Ha ido haciendo pequeños cambios en los diferentes sínodos que se han organizado con la idea de abrir este tipo de reuniones a todo el pueblo de Dios. Y en ese pueblo estamos las mujeres.

–¿Cuál fue su desempeño en la apertura?

–Todos los sínodos los abre el Papa. Es a él a quien le corresponde esta responsabilidad. Mi papel en la reunión fue a través de una meditación. El otro participante fue un jesuita, es decir, un religioso y varón. Debieron de pensar que era bueno que siguiera una mujer laica.

–Dada la ausencia de sacerdotes, ¿cree que este sínodo busca ampliar el compromiso de los laicos con la iglesia?

–En realidad no, porque el compromiso con la iglesia lo tenemos desde el bautizo. Lo que busca es una corresponsabilidad. Las estructuras clericales vienen de muy lejos, de la Edad Media, y han marcado la participación. Ahora se mira a los laicos casi por necesidad.

–¿Qué va a traer este sínodo?

–No es tan novedoso como pudiera pensarse. Lo que buscan los obispos es poner en práctica la eclesiología del Vaticano II, que está sin estrenar. Lo que busca, insisto en lo de antes, es abrir la iglesia a todo el pueblo de Dios. No se trata de hacer otra iglesia, se trata de que todos juntos podamos hacer iglesia de otra manera.

–¿Y qué pasó para que la eclisiología de Vaticano II no se haya estrenado todavía?

–La “revolución” del Vaticano II coincidió con el Mayo del 68 y se frenó. Es cierto que se podía puesto en marcha después, pero se pone en marcha ahora.

–Parecía que la imagen del Vaticano II es que los curas miraron por primera vez a la parroquia y no al Señor.

–Eso es, efectivamente, la imagen. El cambio radical, sin embargo, es la eclesiología del Pueblo de Dios. Se resume con una pregunta: “Iglesia, ¿qué estás dispuesta a escuchar?”

–Uno de sus libros tiene un título muy ilustrativo: “No quiero ser sacerdote. Mujeres al borde de la iglesia”. Cuénteme.

–Resulta que cuando uno se encuentra a una mujer que es teólogos tiende a hacer la suma de que lo que quiere es ser sacerdote. No tengo esa vocación. Nunca la tuve. Algunas compañeras españolas que me han leído les pasó igual: tampoco querían ser curas. Simplemente, soy laica.

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