La tercera de las "Leyendas del casco histórico de Avilés" no defraudó. La representación, que se trasladó anoche al quiosco de la música en el remozado parque del Muelle retrocedió al 6 de julio de 1890, cuando el tren se detuvo por primera vez en Avilés. El marqués de Teverga era la principal personalidad de la vida política y económica de Avilés de aquel momento y desde su posición se gestionaron obras como la canalización de la ría, la llegada del ferrocarril o la construcción de la nueva iglesia de Sabugo. De esta entrada en la modernidad y a una nueva era de progreso trataba la "leyenda" de este jueves, como las anteriores, basada en el argumento de Juan Carlos de la Madrid, a partir del original titulado "Caciques al vapor". Sobre el quiosco de la música se escenificó trabajo multidisciplinar, con la colaboración de la escuela de danza de Teresa Tessier, vinculada a las "Leyendas" desde la primera etapa.
Siguiendo "Las huellas del Camino" de Santiago en la ciudad, el público pudo descubrir en esta entrega el tránsito de Avilés de villa ciudad, a través de los avatares de una gran variedad de personajes bajo la dirección los dramaturgos Borja Roces y Ángeles Jiménez. La ambientación musical elegida para ocasión junto a la elegancia, experiencia y el conocimiento del folclore asturiano del elenco de anoche dio pie a una pieza muy aplaudida en la que vecinos y foráneos pudieron conocer las interioridades de la llegada del ferrocarril a la villa.
"Mina" y "Tina" fueron las encargadas de guiar el recorrido por la historial local en la que tuvo parte activa el grupo de teatro del IES La Magdalena.