"Si tienes fe, no hay milagro que no se cumpla", aseguró la feligresa Concepción García tras finalizar la misa de los enfermos en la capilla de San Adriano. Durante la homilía, el párroco quiso reivindicar el amor al prójimo, la unión vecinal y el mutuo cuidado entre personas sanas y enfermas para consolidar un ambiente de paz y armonía en el que la enfermedad se pueda tratar a través del amor.
Es tradición en esta ceremonia eclesiástica realizar la unción de los enfermos para atraer la salud del alma, el espíritu y el cuerpo al cristiano en estado de enfermedad grave o vejez. Para ello, el párroco Agustín González realizó un viacrucis con el "óleo santo" para aquellos que cumplían los requisitos necesarios para recibir este sacramento: "Para que alivie vuestros pecados y os conforte en vuestra enfermedad".
La otra tradición es la de pasarse las cadenas que se encuentran a los pies de San Adriano. "El primer paso es tener fe, el segundo frotar las cadenas contra el santo y el último pasarlas por las zonas del cuerpo enfermas o doloridas", explicó Carmen Regidor, una de las vecinas más fieles a la tradición.
Plácida López Blanco es testimonio vivo de como San Adriano le obró un milagro tras haber sufrido un accidente doméstico: "Tan solo puedo darle gracias a Dios y seguir rezándole a San Adriano para que interceda por nosotros los enfermos". Tras cuatro meses encamada y muchas sesiones de rehabilitación –y oración–, López se alegra de haber podido estar ayer con sus hermanos celebrando tal encuentro y festejando por su pronta recuperación, que le ha devuelto el andar.
Encarnación Patallo Granda es otra de las feligresas que año tras año no falta a esta eucaristía: "Ya sea que llueve, truene o me enferme, yo vengo". Convencida de que el santo ha sido el custodio de la salud de toda su familia, especialmente de su padre, fallecido a los 93 años. En la misa de ayer, Patallo Granda tan solo le pedía al santo que la sanase del corazón.
La misa estuvo amenizada por el Orfeón de Castrillón, quienes también actuarán hoy junto a la banda de gaitas durante la misa solemne y procesión a las 13.00 horas. A las 14.30 horas habrá una comida campestres y la orquesta gallega "D’Noche" será la encargada de cerrar el programa de actividades con una verbena a las 19.00 horas.
