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Sepides tendrá que elevar la cota del suelo de Baterías entre 1 y 1,7 metros

La Confederación Hidrográfica exige la elevación del terreno en previsión de inundaciones por circunstancias meteorológicas excepcionales

Tres hombre miran uno de los gasómetros de baterías de coque. | M. V.

Una de las razones que viene retrasando todo el verano la redacción del informe técnico que debe acompañar a la pretendida modificación del Plan Urbano de Avilés para dar encaje al polígono industrial a construir en los suelos de las antiguas baterías de coque es la exigencia de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico de elevar la cota del terreno entre 1 y 1,7 metros al objeto de protegerlo de inundaciones en condiciones excepcionales de meteorología. Así lo explicó ayer el portavoz del PSOE, Manuel Campa, a los grupos de la oposición en el transcurso de la comisión de Urbanismo previa al Pleno de este viernes.

La agencia estatal Sepides, dueña de la parcela de Baterías y responsable de su reurbanización previo desmantelamiento de las estructuras allí construidas, presentó en mayo la modificación del Plan Urbano que solicita par dar forma a un nuevo espacio industrial. Entre otras alegaciones se presentó la de Hidrográfica, que por su trascendencia resulta de obligada observación. Jurídicamente también hubo que adaptar el texto propuesto por Sepides a actualizaciones normativas recientes.

Subir la cota del terreno podría tener la ventaja de que el saneamiento de los terrenos se podría llevara cabo por "enterramiento", pero también genera un trastorno: en las inmediaciones del gasómetro que se va a indultar el añadido de material obliga a hacer taludes que, finalmente, se consideraron estéticamente inadecuados y han sido sustituidos por plataformas escalonadas. Todos estos añadidos son los que ocupan a los técnicos municipales, que ultiman su informe para que la modificación del Plan Urbano pueda ir a Pleno, según Campa "probablemente uno de tipo extraordinario a convocar a primeros de noviembre".

En cuanto al convenio en virtud del cual el Ayuntamiento de Avilés pasará a ser el titular de uno de los gasómetros, Campa aseguró que "está por definir la fórmula jurídica de traspaso", si bien no le concedió especial importancia a este extremo. El gobierno ya sabe cuánto le va a costar la limpieza interior del gasómetro (160.000 euros más IVA) y también es consciente de que deberá hacerse un mantenimiento anual de la estructura, además de pintarla cada diez años; la siguiente mano de pintura tocaría en 2028.

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