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Carmelo Gómez Actor

"El teatro es el lugar que jamás me va a traicionar"

"Miguel Delibes es universal: todos estamos tocados por la historia de Pacífico Pérez"

Carmelo Gómez en Avilés. MARIA FUENTES

El actor Carmelo Gómez (Sahagún, León, 1962) protagoniza "Las guerras de nuestros antepasados", una tragedia que firma el director de escena argentino Claudio Tolcachir y cuyo texto versiona Eduardo Galán a partir del clásico de Miguel Delibes de 1975. Se trata de la historia de Pacífico Pérez, un hombre de campo ultrasensible criado en una familia apegada a las guerras. El espectáculo se estrena en España el viernes día 18 (20.15 horas) en el teatro Palacio Valdés, en Avilés. Repite función al día siguiente. El espectáculo, una producción de Pentación, llegará a Madrid este enero que viene. Gómez conversa con LA NUEVA ESPAÑA por teléfono.

-Encaran ahora el final de los ensayos.

-En realidad, es el principio de todo. Ahora empieza lo bueno. Nosotros hemos hecho la adaptación del cuento de Delibes y es el público el que tiene que decir qué es lo que funciona de esta propuesta en la que hemos venido trabajando. Está muy bien que los primeros espectadores sean los de Asturias: los espectadores asturianos son muy abiertos. Van a poder disfrutar de las conexiones que establece esta historia entre el ayer y el hoy.

-¿Qué fue lo que le atrajo de este espectáculo?

-Sin lugar a dudas, la historia, la de un hombre clavado en lo rural, pero cuya peripecia apunta hacia la modernidad. Habla de las guerras, de todas las guerras, del enfrentamiento entre unos y otros con el objetivo de alcanzar la aniquilación del contrario, del que no es como yo. Luego también me atrajo el personaje que es capaz de responder a las preguntas más importantes de la vida con una sencillez pasmosa. Se trata de un hombre de una sensibilidad magnífica que no deja de ser algo poético dado que, verdaderamente, es hipersensible. Va inhibiéndose de todo hasta el punto de que en un momento sólo se preocupa de si es o no cornudo.

-Últimamente se le ve más por el teatro que por el cine. ¿Se rompió el amor?

-He comprendido de que el cine ya no es mi sitio o quizá haya sido el cine el que me ha empujado a salir. No sé quién está equivocado y eso ahora da igual. En todo caso decidí que el teatro es el lugar que jamás me va a traicionar. Y esto es así gracias a las producciones privadas: porque son más pequeñas y, por tanto, más fieles al teatro.

-Pentación es grande, ¿no?

-Claro, pero ya sabe a qué me estoy refiriendo. Hablo de los grandes gestores, de esos que te dicen qué tienes que contar. Mira, Emi Ekai y yo montamos "A vueltas con Lorca" porque nos dio la gana. Es un espectáculo que hemos ido moviendo por todo el país y quitando telarañas a la auténtica vocación.

-¿Cómo entiende un argentino como Tolcachir a Miguel Delibes?

-Tolcachir llegó al final al proyecto. Trabajamos con la versión de Galán y trabajamos como pudimos. Cuando entró Tolcachir tenía que entender la obra, entenderme a mí y entendernos a nosotros [a él y a Miguel Hermoso, su compañero de montaje]. Lo que hizo fue que algunas cosas de las que habla Delibes se eleven a la categoría de debate. Esta obra es muy española. Sucede, sin embargo, que los españoles a veces somos los que tenemos más dificultades en explicar según qué cosas. Tolcachir lo ha logrado de una manera muy sencilla y muy abierta.

-Esta obra, entonces, no sólo va de las guerras.

-Eso es. El objetivo de esta historia es dejar claro que todo el ayer se sustenta en el hoy. En este sentido, Miguel Delibes es universal. Todos estamos tocados por la historia de Pacífico Pérez, por mi personaje. Todos estamos concernidos por lo que contamos sobre la escena. Lo que viene a decir la obra es que mata más la competitividad.

-Van a tardar en llegar a Madrid.

-Después de Avilés tenemos algunas plazas antes del Bellas Artes. Estoy convencido que va a apasionar más fuera de la capital que allí. Quiero escribir sobre la recepción en Valladolid, en mi tierra... todos tenemos alguna raíz en lo rural. La ciudad, sin embargo, no se siente tan vinculada a una historia que presentamos.

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