Suena "Aquel chaval" y "Madera Rock" transporta al público asistente a la sala Santa Cecilia al año 2000, a uno de los últimos en los que todavía se pagaban las birras en pesetas. A ninguno de los asistentes le disgustó el viaje en el tiempo, máxime cuando todos iban a disfrutar del reencuentro con una banda que lo dejó todo hace casi dos décadas y que volvía anoche a hacer lo que mejor sabe: rock and roll. Después sonó "Sin poder parar", un tema que dio nombre al segundo disco de la formación y que fue una declaración de intenciones sobre las tablas: ya nadie pudo parar el resto de las dos horas y pico que duró el concierto. La noche apuntaba maneras rockeras, porque a tiro de piedra de la sala de Galiana, en la Factoría Cultural, los suecos "Gin Lady" también hacían vibrar al público, en su caso con temas que beben de los procelosos manantiales del rock setentero y sureño.
Ambas formaciones venían con trabajo nuevo bajo el brazo. En el caso de los avilesinos "Madera Rock", el quinteto aprovechó para estrenar en directo aquellas canciones que habían quedado en el tintero tras la ruptura de la banda en 2004. Se llama "En el cuarto" y tiene, como cabría esperar, grandes dosis de cuidados guitarreos de rock urbano y canalla. Pero hubo más clásicos. Los escandinavos presentaron "Camping with Bodhi", su sexto trabajo, que ha recibido buenas impresiones por parte de la crítica especializada durante los conciertos que la banda está ofreciendo en varias salas del país.
Los de "Madera Rock" intercalaron temas acústicos, entonaron aquella pieza de sus inicios que recordaba a la "Víbora infernal" y "Emborráchate" y siguieron con "Una canción", un tema que ha tenido cientos de visualizaciones estos últimos días en forma de videoclip grabado en Llaranes, principalmente. Todo fue rock y sigue siendo rock y entre el público más de uno comentaba aquello de "a ver si vuelven a tocar otra vez y esto no queda solo en un concierto".
Los "Madera" recuperaron sus "Lágrimas de bourbon" y "El último tren" y no dudaron en desear "Buena suerte" y recordar el "Yo cholleo" y otros clásicos de una banda con historia, que llenó salas, tocó en patios de instituto y fue uno de los referentes de finales de los noventa y los primeros años del siglo XXI hasta que la ruptura en 2004.
Sonó también "Vamos de culo y estamos siempre sin un duro", un estribillo del año 2000 que, no obstante, bien podría explicar la situación de no pocas personas en la actualidad.
Y así hasta el final, con la intensidad de las baquetas de Carlos Menéndez, las poderosas guitarras de Víctor Vivar y Rubén Álvarez, las cuatro cuerdas de "Sevi" y la inconfundible voz de "Chiri" confirmando que la banda está en forma, que los ensayos iniciados en marzo de 2022 han dado sus frutos y que, como dirían los hermanos Marx, el público vio necesario que haya "más madera".
En la Factoría Cultural, los "Gin Lady" seguían a los suyo, con su rock clásico con cuidadas armonías vocales con no pocas influencias de la música que llenó la costa Oeste de los Estados Unidos durante las décadas de los años sesenta y setenta, sin dejar de lado el rock sureño e incluso tintes de country. Con este espectáculo, el Factoría Sound inicia su nueva andadura. Para este trimestre hay otras cuatro citas. La próxima será el 9 de febrero, con "US Rails"; continuará "DeWolf" el 22 de ese mes; seguirá "Mojothunder" el 24 de marzo; y cerrará el ciclo "John R. Miller y JP Harris" cinco días después. Tras esta intensa jornada con dos conciertos rockeros, la ciudad vuelve por sus fueros y "Madera Rock", que ayer acabó el concierto con "Alante y atrás", confirma su regreso tras casi 19 años de ausencia.