El plan local de movilidad, que lleva el ritmo de un carruaje medieval por culpa de la burocracia, planteará una profunda remodelación de las líneas de autobús urbano, según confirmaron ayer los responsables municipales. No es de extrañar porque el funcionamiento del transporte público en la comarca parece diseñado por el enemigo, tal y como demuestra la imparable caída de viajeros durante los últimos años, que ha puesto contra las cuerdas a algunas de las empresas concesionarias. Pero además de la necesaria reconfiguración de los trayectos y de las frecuencias, lo que precisa el sector en este rincón de Asturias es un análisis sobre su modelo de gestión público-privada, que ha demostrado evidentes ineficiencias y que ha permitido que algunos ayuntamientos, entre ellos el de Avilés, asuman una carga y una responsabilidad muy por debajo de lo que corresponde a la población que vive en la zona.