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El Veriña inicia su escalada a base de cantera

La entidad rojinegra trabaja con ilusión para recuperar el privilegiado lugar que tuvo antes de emigrar de El Cerillero

Trabajar con ilusión y sin descanso. Es una de las consignas principales que se ha tatuado el Veriña para volver al lugar que ocupó durante décadas y en las que estaba en boca de todo el fútbol gijonés y regional. No era sencillo entrar en la entidad que por entonces jugaba sus encuentros como local en el campo de San Martín, en el barrio de El Cerillero. Por allí pasaron entre otros un joven Juanele que comenzaba a deslumbrar y que acabó poniendo en pie a El Molinón. Al "Pichón de Roces" se le guarda con un grato recuerdo tras su paso por el equipo rojinegro.

El cambio de ubicación le ha costado caer de la cima a pasar por un desierto de sinsabores del que ahora comienza a recuperarse gracias a la excelente labor que construye desde su base, el fútbol sala. No le benefició su estancia durante tres temporadas en los campos de la Federación Asturiana de Fútbol, en Roces y, ahora, asentado ya en el artificial de Lloreda, donde inicia su particular escalada.

El trabajo comienza a dar sus frutos, como buena muestra de ello logró la pasada temporada alzándose con el subcampeonato de España benjamín. Su meta no es otra que la de comenzar a recuperar las primeras categorías del fútbol base para relanzarse desde su nueva ubicación en el campo artificial de Lloreda. "Somos un club que generamos de abajo hacia arriba, que creemos en el sentido de la permanencia, de que hay a una identificación y los jugadores estén arraigados al Veriña, vivimos de lo nuestro, de nacer en este club y de llegar hasta la etapa juvenil para volver a crecer", asegura Gonzalo Llano, que cumple doce temporadas como presidente de la entidad.

Llano es un buen conocedor del significado que tuvo el Veriña, al que también vio pasar por su peor momento hace varias campañas, con tres temporadas jugando en los campos de la Federación asturiana y, ahora, vuelve a creer en que el club se relance nuevamente a la cima aunque siendo conocedor de las dificultades que ello entraña. Porque bajar es muy fácil, pero subir es más complicado. "La competencia con el resto de clubes es máxima, pero confío plenamente en el trabajo que estamos cultivando en el fútbol sala, de ahí vamos creciendo con los alevines y la gente está siendo leal al club lo cual nos da la opción de trabajar y consolidar la base para crecer desde dentro", afirma.

Una de sus metas es la de lograr la permanencia con el conjunto de Liga nacional juvenil, una circunstancia que considera vital para evitar la fuga de futbolistas, debido a la importancia que marca para los más pequeños contar con un juvenil en una categoría de nivel. Sin duda, el futuro del equipo ubicado en Lloreda pasa en estos momentos por la salvación de un juvenil que, históricamente, no ha caído más abajo de esta categoría, lo que supondría un gran paso atrás para progresar con su crecimiento. En estos momentos, el juvenil A es antepenúltimo y ha logrado reaccionar en las últimas jornadas. El club, también se ha movido en este aspecto para darle un impulso en busca de una solución inmediata para confirmar una permanencia vital.

De una de sus objetivos innegociables, Gonzalo Llano tiene en su mente volver a cumplir un sueño que rozó con la yema de los dedos el pasado año con ese subcampeonato de España. "Lucharemos con el Sporting primero para ser campeones de Asturias y después tratar de repetir lo que fue un éxito rotundo para nuestro club superando la fase previa y llegando a la fase final donde caímos por la mínima ante el Flecha Negra", argumenta. Un extraordinario recuerdo que se ha quedado impregnado en la mente y en la historia del cuadro que preside Gonzalo Llano y que sueña con ampliar.

El Veriña vuelve a ver la luz al final del túnel aunque sabe que por delante le resta seguir trabajando para volver a su lugar. Con el recuerdo de San Martín en su memoria, uno de los clubes con más jugadores de la ciudad, al contar con veinte equipos en sus filas -nueve de campo y once de sala-, trabaja sin respiro para que la historia vuelva a recordarle en el presente como uno de los clubes punteros de Gijón y Asturias. Y todo ello, a base de cantera.

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