Dicen que en el fútbol los protagonistas son los jugadores, una afirmación que daría, seguro, para más de una discusión. Evidentemente y a bote pronto, para que haya fútbol se necesitan jugadores, pero también árbitros, además del balón y un campo donde poder practicarlo. También es cierto que para que un club funcione se necesita una directiva y colaboradores que echen una mano para que todo fluya y funcione a la perfección. Y, como no, también un utillero. Y es en esta figura en la que hoy nos detenemos.
Según la Real Academia de la Lengua Española, un utillero, referido al deporte, "es la persona que se ocupa del material de los jugadores". Como definición, no está mal, pero a buen seguro que Alberto Álvarez, Berto, es mucho más que eso para toda la familia del Club Deportivo Covadonga. Berto, "también me llaman Bertín", dice, lleva en la entidad de Los Castañales desde 2004, año en el que llegó para echar una mano en la limpieza y mantenimiento de las instalaciones. Desde entonces, ha sabido ganarse el favor y el cariño de todos los que forman el Covadonga: desde los jugadores, hasta los entrenadores, pasando por los directivos y aficionados. De pocas palabras, Berto se deshace en elogios hacia todo lo que rodea el club. Dicen que la gente le quiere mucho. "Demasiado", asegura, humilde. "Sobre todo los de pista, me vuelven loco, la verdad es que siempre me animan mucho", añade.
Berto es el utillero del Covadonga y se encarga de la limpieza, mantenimiento, material y de que todo esté en orden en el campo. Llega al Juan Antonio Álvarez Rabanal todos los días a partir de las 16.00 horas y no se va hasta el final. Incluso hay jornadas que terminan a las 23.00 horas o más. "Siempre hay cosas que hacer", subraya Berto.
El periplo de este utillero nacido en Oviedo en 1972 en el mundo del fútbol comenzó en el San Félix de Lugones con los equipos de pista, antes de recalar en el Real Oviedo. "Con los benjamines quedamos campeones de Asturias y segundos de España", recuerda. Allí pasó dos años hasta que llegó al Covadonga, club en el que ha echado raíces y "donde estoy muy contento, encantado, aquí todos me tratan muy bien", algo que se nota sólo con escucharle.
Además de las labores de utillero, Berto se encarga de todo lo relativo al material del equipo que milita en Tercera División y que dirige Fermín, tanto en los partidos de casa como en los de fuera. "Lo tengo todo a punto, la ropa, balones?", comenta este apasionado del fútbol, en general, y del 'Cova', en particular.
Berto ha visto pasar a cientos de jugadores por un club al que el mismo considera como "mi segunda familia". Nombrar alguno de ellos, quizás sea un compromiso, pero acierta a decir que hubo muchos futbolistas que le marcaron por su calidad. Y salen los nombres de Jaime y Javi Sánchez. Pero hay más, muchos más, al igual que entrenadores. Y cita a dos recientes Iván Ania y a Fermín.
Berto es uno más dentro del Covadonga y sus más de diez años de dedicación y trabajo por el club se han visto recompensados con la entrega de la estrella del club en la temporada 2015-16. La entidad entrega cada temporada esta distinción a la persona o deportista que acredite merecerla por un hecho, un gesto o un trabajo continuado a favor del deporte. "Me siento orgulloso", indica Berto, desde el Rabanal y ya queriendo cortar la conversación "porque tengo mucho lío, dentro de poco ya llegan los primeros equipos a entrenar y esto es un no parar", subraya.
Así es Alberto, Berto o Bertín, una persona que conoce el mundo del fútbol y que se siente un privilegiado aportando su granito de arena para que el Covadonga siga adelante. Él disfruta con lo que hace, se divierte y se siente querido por todos los que forman la entidad del Rabanal.
