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Dos talismanes en el banquillo

Los entrenadores de fútbol sala Diego Fernández y Pablo Castander vienen de sumar, con el Gimnástico de Caborana, su tercer ascenso de categoría en las últimas cuatro campañas

Diego Fernández y Pablo Castander, en el polideportivo de Moreda.

Un ascenso de categoría, en cualquier deporte, es un hito que viene acompañado de mucho trabajo, ilusión y a veces una pizca de fortuna. Una campaña entera trabajando para lograr un objetivo. Con tres ascensos en las últimas cuatro campañas, la dupla de entrenadores formada por Diego Fernández y Pablo Castander, ahora en el Gimnástico de Caborana, se erigen como unos auténticos talismanes. Dos de estos saltos de categoría fueron desde la Primera Preferente del fútbol sala asturiano a la Tercera División, el restante, desde Primera Regional a Preferente.

Diego y Pablo llegaron al Sena mierense casi por casualidad. Fue cuando el equipo militaba en Primera Regional. "No nos conocíamos de nada, Diego trabajaba con mi hermana en Rioglass y surgió la oportunidad, él había estado ligado al fútbol sala durante muchos años y yo dejé el Tucán de Mieres tras doce años", rememora Pablo Castander. Diego Fernández apunta que "en Mieres, el mundo del fútbol sala es muy reducido y yo, tras conocerlo me junté a él porque es una persona que inspira confianza". Diego ejerce las funciones de primer entrenador, mientras que Pablo Castander actúa como segundo técnico del Gimnástico. Este último entiende la relación que ambos mantienen "como un matrimonio, muchas veces discutimos, pero lo cierto es que nos entendemos".

El primer ascenso llegó con el Sena a Primera Preferente, hace cuatro temporadas. "Fue complicado, ya que antes había equipos mucho más potentes, ahora, tras desaparecer varios conjuntos, el nivel en esas categorías ha decaído", expone Castander. Diego Fernández apunta que "en aquella temporada en Primera Regional militaban muchos equipos que ahora están en Tercera", recuerda Diego Fernández.

En esa categoría también lograron dar el salto a la Tercera División con el cuadro mierense. "Fue el más difícil de todos, ya que teníamos una plantilla muy corta, solamente éramos ochos jugadores", apunta Castander. "Hubo una gran implicación por parte de toda la plantilla, lo cierto es que sacamos adelante la temporada por el compromiso que existió entre todos, algo que hoy en día es complicado de encontrar", asegura Diego Fernández. El partido que les marcó la temporada fue el triunfo ante el Oviedo Arenas. "Fuimos con dos cambios nada más, pero logramos sacarlo adelante, después llegaron tres triunfos en cuatro partidos y ascendimos", recuerda Pablo Castander. En la presente campaña se hicieron cargo de un recién descendido a Preferente, el Gimnástico de Caborana. "Era todo nuevo para nosotros, directiva, jugadores, afición, pero tras un inicio titubeante, nos colocamos en la zona alta", admite Diego Fernández. Por su parte, Pablo Castander resalta la capacidad de reacción del equipo. "Nos costó mucho arrancar en los seis primeros partidos y llegamos a estar a 15 puntos del líder; ahora sacamos nueve al segundo", admite.

Estos tres ascensos cuentan con un denominador común sobre el terreno de juego: Ríu. El futbolista les ha acompañado tanto en el Sena como en el Gimnástico. "Es un jugador que cuenta con experiencia en categorías superiores y que se adapta a cualquier posición", dice Castander. Otro ingrediente más para el ascenso de un Gimnástico de Caborana que vuelve a colocarse entre los grandes de Asturias; en esta ocasión con dos talismanes en el banquillo.

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