El padre acusado de provocar lesiones graves a su bebé de mes y medio al zarandearlo ha negado en el juicio haberlo hecho, pero la Fiscalía ha mantenido su acusación contra él al considerar probados tanto los hechos como la autoría pero ha rebajando de 7 a 5 años la petición de cárcel al entender que existe una atenuante cualificada por enajenación mental.

El fiscal, ya en su escrito de conclusiones provisionales antes del juicio, mencionaba esta atenuante debido al trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) que tiene el acusado y considerar que éste afectaba levemente a su capacidad volitiva relacionada con el control de los impulsos.

Sin embargo, el fiscal ha decidido incrementar el grado de la atenuante a cualificada tras escuchar en el juicio que a este trastorno hay que unir la adicción y consumo de algunas sustancias tóxicas (alcohol, cannabis o la cocaína) que padecía cuando ocurrieron los hechos, en febrero de 2017 (ahora está en fase de rehabilitación).

Y es el que fiscal considera que esta "ausencia" de la capacidad del acusado de controlar sus impulsos es "causa directa" de la acción delictiva y pudo al acusado "perder la paciencia" que requiere el cuidado de un bebé. Sin embargo, el Ministerio Fiscal y la acusación mantiene las agravantes de alevosía y parentesco.

EL PADRE ASEGURA QUE "NO ZARANDEÓ" AL BEBÉ

En el juicio, celebrado en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, el acusado ha explicado que sobre las 21.00 horas del 21 de febrero de 2017 se encontraba solo con el bebé en el domicilio familiar, mientras que su pareja y madre del niño estaba en casa de su madre, que vivía puerta con puerta.

Ha relatado que esa tarde-noche había bañado al pequeño y cuando lo estaba secando "se le resbaló" a una distancia de "unos 5 centímetros" sobre la cama, cayendo al colchón.

El acusado ha señalado que, aunque al caer sobre la cama, el bebé se asustó y lloró, logró calmarlo y le dejó en la cuna mientras preparaba el biberón. Cuando volvió, siempre según su versión, el niño le pareció que estaba dormido profundamente pero aún así empezó a darle la toma. Sin embargo, observó el pequeño no respondía, "no respiraba bien" y estaba "inconsciente".

Al verlo así, el padre del bebé ha relatado que le dio "unos cachetes flojos" en la cara, llamándolo, pero sin éxito, y luego le insufló aire en la boca, le apretó el pecho y, al ver que aún así el niño seguía igual, le cogió de los pies con la cabeza hacia abajo y le dio unos golpes en la espalda. Sin embargo, ha asegurado que "no zarandeó" al pequeño.

Después, ha explicado que acudió a la casa de su suegra a buscar a su pareja y madre del niño. Según ha dicho, ambas mujeres "movieron" al bebé para intentar que éste reaccionara. "Sí, puede ser", ha respondido al ser preguntado si ese movimiento de las dos mujeres puede considerarse un zarandeo.

En la vista de este miércoles, ha declarado la madre del bebé y todavía pareja del acusado, que ha explicado que cuando dejó al niño con el acusado "estaba normal" y cuando lo volvió a ver estaba "semi-inconsciente".

Por su parte, la abuela materna del niño, que es la que tiene ahora la guarda del menor y la que vive con él, ha señalado que cuando vio al bebé después de que su yerno acudiera a su casa a alertar de lo que pasaba el pequeño estaba "muy mal", por los que aconsejó a la pareja llevarlo a Urgencias del hospital Valdecilla.

Tanto la madre como la abuela del niño han reconocido que "movieron" al pequeño pero han explicado que no de forma muy brusca, solo para intentar que reaccionara.

LOS MÉDICOS COINCIDEN EN QUE ES "SÍNDROME DEL NIÑO ZARANDEADO"

En el juicio, han declarado varios médicos que atendieron al pequeño en Valdecilla y todos ellos han coincidido en que las lesiones que tenía el niño --entre ellas traumatismo craneoencefálico y medular--, así como los signos externos que presentaba --entre ellos varios hematomas en distintas zonas del cuerpo-- se corresponden con el denominado "síndrome del niño zarandeado", que, como su propio nombre indica, se produce al agitar bruscamente a un niño, causándole lesiones cerebrales.

También varios de estos profesionales han coincidido en considerar improbable que la caída accidental del bebé sobre el colchón a una distancia de cinco centímetros, como de la que habla, pudiera causar por sí sola las lesiones con las que llegó el pequeño.

Además, una de las médicos que atendió al pequeño ha afirmado que, en las pruebas radiológicas que se realizó al bebé en el hospital, se apreciaban lesiones agudas (las más inmediatas) pero también otras crónicas, que indican que se produjeron en "dos tiempos diferentes".

"CONTRADICCIONES"

También varios facultativos que hablaron con los padres en el hospital, han mencionado que el padre incurrió en diversas "contradicciones" sobre lo ocurrido y había "cambiado de versión", algo comentado también por efectivos de la Policía que le tomaron declaración tras los hechos.

Respecto a la madre, uno de los médicos ha señalado que en el hospital ésta "no estaba en condiciones de responder a ninguna pregunta", a su juicio, porque estaba en "estado tóxico". Sin embargo, la progenitora del pequeño, ha afirmado que "estaba con un ataque de ansiedad".

ACUSACIONES Y DEFENSA

Tras las declaraciones del acusado y los testigos, la Fiscalía ha confirmado su acusación contra el padre del bebé como autor de un presunto delito de lesiones cualificadas.

El fiscal ha señalado que "nadie duda" tras escuchar a los médicos que hubo zarandeo al pequeño y, a su juicio, el "responsable" de éste fue el padre ya que estaba solo con el bebé cuando el pequeño empezó a encontrarse mal.

La acusación particular, ejercida por el Instituto Cántabro de Servicios Sociales (ICASS), se ha adherido a las conclusiones del fiscal y a la pena solicitada.

Sin embargo, la defensa del acusado ha insistido en pedir la libre absolución de su representado al reconocer que, aunque hubo zarandeo, no está demostrado que quien lo hizo fuera éste. Así, ha tildado de "superficial" la tesis de Fiscalía y de la acusación particular de dar por probado que el padre lo hizo.

Además, cree que "de ninguna manera" lo ocurrido puede encuadrarse en un delito de lesiones cualificadas, recogido en el artículo 149 del Código Penal, porque no se dan los requisitos que exige este tipo penal. Así, ha recordado que en algunos casos juzgados relacionados con el síndrome del zarandeo a los acusados se les ha imputado imprudencia grave o muy grave.

Además de la pena de cárcel, la Fiscalía y acusación particular establecen que el acusado debe indemnizar a su hijo con 14.700 euros por las lesiones y con 20.000 por las secuelas, así como al Servicio Cántabro de Salud con 15.355 euros por la asistencia prestada al bebé.

También piden la prohibición de comunicación y acercamiento a su hijo durante quince años y privación de la patria potestad.

Respecto a esta última cuestión, la defensa ha pedido a la Sala que valore que el acusado está "en vías de recuperación total" y tiene un "proyecto de vida por delante" y ha señalado que, aunque el pequeño está bien con la abuela, el acusado es su padre.