Mieres del Camino,

David MONTAÑÉS

Manuel Loring Díaz de Bustamante (Madrid, 1976) se convertirá, próximamente, tras el reciente fallecimiento de su padre, en el cuarto conde de Mieres. Este joven comparte nombre con sus tres antecesores, una saga que inició su bisabuelo, que recibió el título en 1911 de manos del rey Alfonso XIII. La herencia que recibe no es sólo honorífica, ya que esta familia, vinculada estrechamente al proceso de industrialización, aún controla el pequeño legado patrimonial de Fábrica de Mieres, y, sobre todo, rige el destino de la asociación Norte Joven. Esta entidad cultural, asentada en la antigua estación del ferrocarril, se dedica a formar y a atender a jóvenes en riesgo de exclusión social mediante la formación en un oficio que les facilite su acceso al mundo laboral. El futuro conde visitó ayer las instalaciones de esta entidad, reformadas en 2002. Su intención es seguir con el trabajo desarrollado por su padre como presidente de la Fundación: «La idea es continuar con Norte Joven, aunque habrá que estudiar de qué forma».

Norte Joven lleva funcionando en Mieres desde 1995, aunque no fue hasta el 2002 cuando la vieja estación del Norte se convirtió en su sede. Anualmente pasan por sus instalaciones unos 120 jóvenes entre 16 y 21 años con graves problemas de adaptación. El responsable del área docente es Javier Álvarez: «Ahora tenemos muchos extranjeros, sobre todo marroquíes y senegaleses». Recuerda que el anterior conde, fallecido el pasado mes de abril, tenía dos preocupaciones por encima de todo: «Respetaba a los profesores y no se inmiscuía nunca en su labor, pero era muy puntilloso a la hora de comprobar que los jóvenes que llegaban al centro cumplían los requisitos, no quería a alumnos cuyas familias tuvieran unos ingresos más o menos normales». Además, añade Álvarez, «quería que el dinero se empleara en los cursos y no le gustaban nada los gastos excesivos de teléfono o de luz, estaba muy comprometido con el proyecto».

El futuro conde aún no sabe si asumirá personalmente la presidencia de la Fundación. Una de sus hermanas, Marta Loring, psicóloga de profesión, trabajó en el centro un par de años: «Lo de mi hermana es vocacional y habrá que estudiar qué papel puedo desempeñar yo, aún no hay nada decidido». Manuel Loring es economista y en la actualidad trabaja como responsable del área de industrial y de compras de Telepizza. Su situación familiar también puede influir a la hora de determinar el grado de vinculación que mantendrá en el futuro con Norte Joven: «Tengo dos niños pequeños, y hay que analizarlo todo».

Las instalaciones de Norte Joven incluyen actualmente tres grandes aulas, una de fontanería, otra de soldadura y la tercera de informática. La Fundación acoge, además de los cursos propios, actividades del Instituto Nacional de Empleo, y colabora con la fiscalía de menores con talleres para jóvenes conflictivos. Un equipo de ocho personas intenta cada día formar y orientar a estos menores de edad con problemas en la mayoría de los casos bastante graves: «en total ya habrán pasado por el centro más de 700 jóvenes», puntualizó ayer Javier Álvarez.

Manuel Loring Díaz de Bustamante también ha sido requerido por los antiguos alumnos de la Escuela de Aprendices de Fábrica de Mieres, constituidos ahora en asociación, para que apoye el proyecto de crear un museo sobre la actividad de este emblemático centro docente. Además, el colectivo recientemente fundado Mierenses en el Mundo le ha ofrecido ser socio de honor. El conde de Mieres ha heredado un título, pero también bastantes responsabilidades.