Mieres del Camino, D. M.

La construcción, el propulsor económico que durante los últimos lustros remolcó a la ahora maltrecha economía española, está agonizante. El sector ha pasado en muy poco tiempo de ángel a demonio y su futuro pasa en estos momentos por reinventarse. El ladrillo está enterrado, pero de los dañados cimientos de una casa en ruinas están surgiendo nuevas propuestas basadas en la eficiencia que abren nuevos horizontes. Una empresa mierense de reciente creación está capitaneando un ambicioso proyecto que surge precisamente del estudio de las deficiencias detectadas en el sector de la construcción. Eficiencia Integral Constructiva, S.L. (Efinco) construirá en el concejo, concretamente en el valle de Cuna y Cenera, la primera vivienda monitorizada de las Cuencas de bajo consumo energético, una iniciativa que explora espacios desdeñados por la construcción tradicional. Las previsiones son reducir el gasto en servicios como la calefacción en más de un 70 %, llegando incluso al 85%.

El proyecto que ha puesto en marcha Efinco ha sido bautizado como «neHogar». «El objetivo es crear una vivienda de referencia tanto en eficiencia energética como en sostenibilidad, basado en un concepto de edificio de consumo energético casi nulo, explica Ana Isabel Menéndez, gerente de la empresa. Para ello, Efinco, con sede en el polígono de Baiña, ha reformulado los patrones de la construcción tradicional para alumbrar una nueva forma de entender la edificación. En este empeño no han estado solos. Durante los últimos meses, la firma mierense ha buscado empresas e instituciones que compartieran su filosofía y estuvieran dispuestas a aportar sus conocimientos y recursos al proyecto, que se gestiona a través del Consorcio Tecnológico de la Energía de Asturias (AINER). Esta llamada tuvo respuesta. De hecho, la iniciativa ha sido respaldada y potenciada por empresas asturianas como Perfiles Llaneza, Cerrajería Asturias, Instalaciones Uría o Ingenieros Asesores de la Construcción. También hay participación internacional, con firmas, entre otras, como Schneider Electric o Kommerling. La Fundación Asturiana de la Energía (FAEN) también se ha involucrado activamente en el proyecto, que en poco tiempo pasará de la teoría a la práctica.

«NeHogar» surge, según explican sus propios creadores, de la vocación de diseñar y desarrollar un hogar «a la medida del cliente», con unos recursos económicos similares al coste de una vivienda de protección oficial. La iniciativa se llevará a cabo sin subvenciones, tan solo con las aportaciones de las empresas y los promotores. Se buscó un modelo de familia (matrimonio con dos hijos) y un estándar de vivienda, 120 metros cuadrados útiles de vivienda. El lugar elegido se encuentra ubicado en Villaestremeriz, en las proximidades de Cenera. «La vivienda se diseñó de acuerdo a los parámetros elegidos por la familia, con cuatro habitaciones, dos cuartos de baño, salón-cocina y porche, añadiendo una cochera para dos vehículos y un cuarto de calderas», puntualiza Ana Isabel Menéndez. Paralelamente se estudiaron las condiciones climáticas de la zona. Así, se tuvo en cuenta la orientación de la parcela, ganancias solares y los usos y costumbres de la región. «El diseño se realizó con objetivos bioclimáticos, orientando la vivienda al sur para permitir las ganancias solares».

Los materiales elegidos para recubrir el esqueleto de la vivienda tienen una importancia relevante en este proyecto. Se estudió y diseñó la envolvente del edificio de modo que minimice la demanda de energía en calefacción y climatización. «Se aumentan los aislamientos, eliminando puentes térmicos e infiltraciones, instalando ventanas y cristales de alta eficiencia», señala Menéndez. Para que el coste no se incremente, se seleccionó un sistema constructivo muy poco utilizado en la región, como es el entramado ligero. Cada detalle está cuidado. Se controla la entrada y salida de aire mediante ventilación forzada de doble flujo con recuperador de calor (no siendo necesario la apertura de ventanas ni puertas), que aprovecha la renovación de aire como fuente de calor. «Mediante estas técnicas conseguimos minimizar la demanda en calefacción en torno a un 70 %».

La energía necesaria para el funcionamiento de la vivienda se pretende que sea procedente de fuentes de energía renovable y limpias (térmica solar, fotovoltaica, geotermia, biomasa?). La vivienda que en breve comenzará a construirse en el valle de Cuna y Cenera será monitorizada para poder analizar su funcionalidad y sacar conclusiones sobre los ahorros energéticos. Durante cinco años se recabarán datos diarios de las necesidades energéticas que generará la familia que habitará la vivienda. De esta forma se obtendrá un estudio práctico que podrá confrontarse con los datos teóricos establecidos previamente. Para ello, se ha contado con FAEN como institución independiente que verificará la evolución de los resultados. «Compartimos el criterio de sostenibilidad, a través del compromiso de minimizar la huella ecológica con la utilización de materiales reciclados, reduciendo costes de transporte y, por tanto, limitando las emisiones de CO2», añadió Menéndez.