"¿Ves cómo tenía razón?", le dijo el lenense Jesús Manuel Fernández Muñíz a su nieta Noelia Fernández tras leer el pasado domingo en LA NUEVA ESPAÑA el reportaje "Parana, el puente asturiano de Eiffel", en el que se hacía alusión al descubrimiento de un documento que confirmaba que el ingeniero francés, autor de la torre más fotografiada del mundo, había diseñado uno de los viaductos del ferrocarril de Pajares. Este hombre llevaba años asegurando que Eiffel se había hospedado en la casa de sus abuelos, ubicada en el pueblo lenense de Malvedo. Sin embargo, nunca pudo confirmar su presencia al no existir referencias escritas o imágenes que diesen. El documento recientemente hallado por el director del Museo del Ferrocarril de Asturias, Javier Fernández, no asegura que el ingeniero visitase la comarca, aunque la complejidad del viaducto hace suponer que también tuvo que haber visitado el entorno, al menos, para realizar los cálculos.

La casa de Malvedo en la que supuestamente se alojó Alexandre Gustave Eiffel (Dijon, 1832-París, 1923) se conserva prácticamente tal y como era a finales del siglo XIX. La elección del pueblo se debía, según los testimonios, a su cercanía con la obra que estaba realizando. Además, el ingeniero eligió una vivienda acorde con su categoría: la casona de los Fernández Muñiz, que destaca por encima del resto del pueblo. Jesús Manuel Fernández Muñiz heredó la vivienda de su tío, que era Topógrafo, y asegura que, "desde que era pequeño", había escuchado la historia del ingeniero francés. Es por ello, que el hombre no dudaba un segundo en mostrar la vivienda a cualquier persona interesada en el relato. Ahora, con 83 años, es su nieta la que la muestra. Su abuelo se afanó en restaurar los muebles de la vivienda, así como los suelos, dando la apariencia de que el tiempo no ha pasado en la casa. Nada más entrar, el visitante se encuentra con un zaguán y un despacho a la izquierda. Todo está conservado, la mesa, las estanterías llenas de libros, los armarios... Hasta algún artilugio de topografía que había conservado José Manuel Fernández Muñiz de su tío. Noelia Fernández cuenta que ese era el despacho que había utilizado Eiffel. "Al menos eso contaba mi abuelo", resalta. Encima del despacho se encuentra el dormitorio que supuestamente utilizó el ingeniero, compuesto por dos camas, un armario y una especie de aseo. "No se ha tocado nada, mi abuelo nunca quiso, lo único nuevo es el juego de cama", señala Noelia Fernández, destacando que "siempre ha sido el cuarto de invitados".

Desde la ventana, que da a una galería, se observa hoy al fondo el viaducto de Campomanes de la autopista del Huerna y las obras de la variante ferroviaria de Pajares, aunque en la época de Eiffel, lo que sí podría divisarse eran los trabajos de la vía férrea de Pajares, que pasaba muy cerca de este pueblo lenense.

En la planta baja del inmueble también se conserva el espacio que antiguamente acogía la tahona. Y es que esta vivienda albergó la última tahona de la zona, por lo que era bien conocida por los vecinos de los alrededores. No tanto por la historia de Eiffel, ya que, como cuenta José Manuel Fernández Muñiz, "el ingeniero aún no era muy conocido cuando estuvo en la casa de mis abuelos". De hecho, la única pista que se aprecia de la posible estancia de Eiffel es el "1882" que se encuentra pintado en la fachada interior de la vivienda. "La fachada estuvo cubierta de yeso durante muchos años y mi abuelo sacó a relucir la piedra vista, entonces fue cuando encontró esta fecha escrita en la pared", explica Noelia Fernández, que asegura desconocer el por qué de esa inscripción. A esta pintura también hacía referencia el historiador Ernesto Burgos en un artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA en el año 1999, donde hacia un repaso al patrimonio de las Cuencas, centrándose en esa ocasión en la vivienda de Malvedo. Al respecto, Burgos escribía que "alguien quiso dejar para siempre el número de aquel año: 1882. El año de Eiffel". Y sí, concuerda con las fechas del puente de Parana, construido entre los años 1883 y 1884 (la vía de Pajares se inauguró en agosto de 1884). El ingeniero tuvo que realizar los cálculos de esta infraestructura con anterioridad, con lo que haberlo hecho en 1882 no parece nada extraño.