Los buitres sobrevuelan Morcín. Un vecino de Peñarudes, el artista y ganadero Pierre Aynié, se llevó hace unos días una desagradable sorpresa. Encontró a una de las potras que cuida en su finca muerta, tras un ataque de cánidos y cubierta de buitres. Los productores de la zona aseguran que la población de aves carroñeras ha crecido este año y reclaman más controles para evitar que produzcan daños. Según explican, la presencia de buitres obstaculiza el cobro de indemnizaciones por ataques de fauna salvaje.

Pierre Aynié asegura que la potra estaba rodeada por más de veinte buitres cuando la encontró. "Estaban comiéndola entera, cuando llegué ya no tenía entrañas", afirmó el francés. La indemnización que podría haber cobrado, en el caso de que los daños se produjeran por el lobo, no es lo que más le preocupa. Lo que le aterra realmente es pensar que la potra quizás quedó viva en el ataque, pero los buitres no le dieron la oportunidad de recuperarse.

La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (AGALL) en la comarca del Caudal lleva meses denunciando la "presencia excesiva" de estas aves en los montes de la zona. Según los responsables de la entidad, "contabilizamos una población de más de medio centenar en la comarca". "Son muchos y nos hacen más débiles, ya que una vez que comen al animal es imposible probar el ataque de un lobo", añadieron.

Más en número y más agresivas. Los productores de la zona explican que la reducción en el número de cabezas de ganado hace que las aves carroñeras coman con voracidad cada pieza que encuentran: "Devoran a los animales por completo, incluso llegan a pelearse por trozos de carne", señalaron. Las reses quedan completamente destrozadas, sin vísceras y en trozos. Las aves también sufren esa falta de comida. Según los responsables de AGALL, "comen con tanta ansia que luego no son capaces de emprender el vuelo. El exceso de población también es peligroso para los buitres, ya que son demasiados para muy poca comida".

La reclamación de los ganaderos pasa porque el Principado ponga en marcha un plan de control de la población. "El sector no está en condiciones de afrontar un nuevo problema", señalaron.