Pola de Siero,

Manuel NOVAL MORO

El pregón de El Carmín se volvió a convertir este año en todo un acontecimiento social en Pola de Siero. La carpa de la calle Luis Navia Osorio se llenó de gente para escuchar a César González-Perabeles, poleso que dejó el pueblo en 1956, cuando tenía diez años, para irse a vivir a Andalucía con su familia, y que leyó un texto cargado de nostalgia. El pregonero se mostró agradecido y orgulloso de ser poleso y recordó a muchas personas que le ataron para siempre sentimentalmente a la Pola. Una de las personas que recordó con más cariño fue Manolo «el de la Morena», el guarda del parque, ya fallecido, quien le estrechó la mano momentos antes de subir al autobús que le llevaría a tierras andaluzas. «Éramos muy amigos, y yo le tenía mucho respeto y mucho cariño», recordó el pregonero y aprovechó para pedir al alcalde, Juan José Corrales, «que uno de los paseos del parque lleve su nombre».

Habló asimismo de otros polesos de entonces como «Tano» o «Pepe el Güesu», así como también de los bares de entonces, de los que la mayoría, o no está, o bien ha cambiado de ubicación o de dueños. Así citó La Petaca, El Polesu, Casa Pano, el Colón, el Jardín y Casa Fidel. En estos lugares pasó muchas horas cuando, ya pasados varios años residiendo fuera de Asturias, regresaba a la Pola durante el verano.

También rindió un sentido homenaje a los polesos que a finales del siglo XIX y comienzos del XX «cuando la necesidad les agobiaba, prepararon sus maletas y partieron a las Américas donde se fueron para hacer fortuna. He hablado en ocasiones con algunos de ellos y comentaron que al llegar el mes de julio, que es para ellos invierno, les invade el recuerdo y la añoranza, porque saben que son las Fiestas del Carmen, que es el Carmin de La Pola, y entonces, con el corazón abierto ylos ojos llenos de lágrimas, se reaviva dentro de su corazón lo que les contaron sus padres y escucharon a los abuelos», dijo con emoción el pregonero.

Para finalizar Cesar González-Perabeles leyó un soneto de Rufina Fonseca Cabo, en el que aparecen Asturias y Pola de Siero como referencias que tocan directamente el corazón. Estos versos fueron para el pregonero una manera de decir no adiós sino «hasta luego, porque la realidad es que mi corazón por un lado, y mis pensamientos por otro, estarán siempre depositados en La Pola y como referencia, en esa plaza típica, histórica y en la que yo nací, en la plaza de Les Campes», finalizó.

El acto contó con la presencia del alcalde, Juan José Corrales, y la concejala de Festejos, Yoya Álvarez, que participaba en su primer acto social después de acceder a sus nuevas competencias. También estaban estuvieron presentes la reina de las fiestas, Alba Martínez, y la reinina, Ana Fernández. El alcalde dijo que este será, probablemente, el último pregón en la carpa, y que en la próxima edición propondrá que se lea en el auditorio. También recordó que este año no habrá feriales por las protestas de los vecinos, y dijo que quizá sea el momento de sacar las fiestas del centro urbano. Por su parte, el presidente de Festejos volvió a pedir a quienes participen en la romería del próximo lunes que respeten el espacio y acoten lo justo para hacer una fiesta más llevadera para todos.

César González-Perabeles -en la foto- demostró que es un hombre polifacético. Tras el pregón, el presidente de Festejos, Manuel Freije, le colocó un sombrero de mariachi. Seguidamente, acompañado a la guitarra por Fernando Corujo, cantó con mucho oficio las rancheras «México Lindo» y «Me cansé de rogar», que desataron una enorme ovación, informa M. NOVAL.