Gijón,

Braulio FERNÁNDEZ

La Fiscalía ha pedido que se condene al alcalde de Carreño, Ángel Riego, por una falta de agresión a un policía local del concejo que se produjo en septiembre de 2010. La fiscal realizó esta petición al finalizar la vista que, por ese altercado, se celebró en los juzgados de Gijón, y que supondría, de ser tenida en cuenta por la juez, la imposición al regidor de una multa de 12 euros al día, a pagar durante un mes, así como el deber de indemnizar al policía al que supuestamente agredió con 150 euros, por gastos médicos.

El juicio de faltas quedó así visto para sentencia, después de una sesión en la que tanto el Alcalde, como el agente de la Policía Local de Carreño implicado en el suceso y un nutrido grupo de compañeros de éste dieron su versión de los hechos ante la magistrada de la sala de instrucción número uno de Gijón.

Riego denuncia que los policías se encontraban a la salida del pleno ocupando las puertas del edificio consistorial y, supuestamente, impidiendo la correcta salida de los políticos, con gestos intimidatorios, algo que el regidor interpreta como una agresión. Algunos policías portaban banderas sindicales.

Los policías esgrimen otra versión bien distinta, que sustenta una denuncia previa a la del Alcalde. Según su relato de los hechos, Riego habría agredido supuestamente al policía denunciante con una de las banderas sindicales, causándole contusiones que aparecen recogidas en un parte médico que adjunta la demanda que el agente presentó ese mismo día, 30 de septiembre.

El policía fue el primero en dar su versión de los hechos. «El Alcalde ya había pasado la zona donde nos encontrábamos y, acto seguido, sentí un latigazo en el hombro derecho. Él estaba detrás de mí y me quedé perplejo al ver que era Riego, mientras sostenía en mi mano el trozo de mástil de la bandera que me había quitado», relató el policía acerca del momento en que el Alcalde supuestamente le golpeó con la bandera sobre su hombro.

Acto seguido, el Alcalde «lanzó la bandera a una jardinera», continuó el policía, quien, a preguntas de la juez, la Fiscalía y los abogados de las dos partes, valoró que lo ocurrido «fue una agresión».

Ángel Riego, al situarse ante la magistrada, explicó una versión diferente de los hechos, e incluso su abogado sacó una bandera sindical similar a la de la supuesta agresión, a continuación de lo cual se pidió que se presentase en la sala el elemento original, para que unos y otros describieran cómo se rompió el mástil y si esa acción era capaz de herir, y en qué grado. «Sí, le arrebaté la bandera, ya que él me estaba golpeando con ella en la cara a la salida del pleno», aseguró el Alcalde. «Yo le quité la bandera, pero no le golpeé, simplemente la tiré a la jardinera», concluyó Riego.

Al estrado subieron, además, cuatro policías locales en calidad de testigos, uno de ellos el jefe de la Policía Local, Jesús Palmeiro, quien elaboró dos informes sobre los hechos los días 1 y 4 de octubre de 2010, a petición del Alcalde. Los agentes coincidieron con el relato del policía agredido, manifestando que Riego golpeó a su compañero, mientras que Palmeiro ratificó la explicación dada en los informes y se limitó a decir que Riego «le arrebató al policía la bandera por atrás».

La defensa, ejercida por el letrado Luis Tuero, concluyó que «la agresión no ha quedado acreditada» y tildó de «chorrada» el enfrentamiento que ha motivado el juicio. En su opinión, «se está instrumentalizando el juicio penal, utilizándolo como un acto más de reivindicación laboral», en referencia al conflicto entre los policías locales y el Ayuntamiento. El abogado del policía, José Carlos Botas, como acusación, se mostró conforme con la petición condenatoria del Ministerio Fiscal y valoró la declaración de los testigos como «contundente».