Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

La mítica furgoneta de Los Gorilas se queda pequeña. Es parecida a aquella que recorrió España durante los sesenta con el logo del club local de piragüismo tapando el nombre de la carnicería de los Prendes, fundadores de Los Gorilas. La que utilizan ahora es más grande, pero en ella apenas entra la cantidad de niños y niñas que quieren remar con la entidad más laureada de la historia del piragüismo español, por lo que los mayores la siguen con sus coches particulares. Hay furor por Los Gorilas. Es una moda que dura ya 52 años y que, sobre todo, ha demostrado poder seguir adelante tras el fallecimiento de Amando Prendes, fundador y presidente del equipo durante medio siglo y un año.

El próximo mes se cumplirá el primer aniversario de la muerte de Prendes. Él consideraba a todos los piragüistas del club como hijos, y los que lo son de sangre, y los que no también, han tomado las riendas de la institución para proyectarla otro medio siglo. Y por ahí han aparecido de nuevo los éxitos, recuperando la supremacía del piragüismo asturiano y aspirando a todo en España. Y todo por una cantera que no parece tener más fondo que el del pantano de Trasona.

Baste como dato que la mitad de los 77 palistas de Los Gorilas son menores de 14 años. De ellos se encargan los entrenadores de la sección juvenil, Jorge Cuervo y Secundino Cuervo. Este último establece las diferencias entre los jóvenes que remaban en décadas pasadas y los de ahora. «Son diferentes a como éramos nosotros, hay que insistir mucho con ellos, pero sin embargo cuando se trata de colaborar, y sobre todo competir, se nota un gran espíritu de equipo», señala «Cundo» Cuervo.

Porque para muchos de los más jóvenes la competición es lo más divertido. «Me gusta estar en Los Gorilas porque hago muchos amigos, pero también por la competición. A mí me gusta ganar», dice Carlota Torrontegui, que en poco tiempo ha pasado de la escuela de iniciación a competir sobre un kayak. La última en sumarse a la familia Gorila es Sara Fuentes, que empezó el año en iniciación y el pasado fin de semana ya se estrenó en Siero defendiendo «los colores» de Candás. «A veces es duro, pero a mí me gusta y me gustaría seguir mucho tiempo en el equipo», dice Fuentes, que pasa el verano «disfrutando» en las aguas del embalse de Trasona.

Y es que la falta de Amando Prendes ha dejado en el club, lejos de desazón, «ganas de tirar para adelante, de trabajar y competir», explica Cuervo. Los niños de Candás se suben a la furgoneta de Los Gorilas y parece como si nada hubiera cambiado en cincuenta años.