Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Las playas de Carreño presentaban aún rastro de hidrocarburos, aunque mínimo, los días 14 y 15 de julio, veinte días después del vertido de la central térmica de Hidrocantábrico en Aboño y una semana después de que se decidiera reabrir los arenales, según los resultados de los análisis que se hicieron entonces y que ahora salen a la luz. Los índices de este tipo de contaminación son tan pequeños que respaldan la decisión de permitir a los bañistas acudir a las playas, aunque los análisis se realizaron con posterioridad.

Los muestreos se realizaron en las playas de Palmera, en Candás; Carranques, en Perlora, y Xivares y Peña María, en Xivares. Se recogieron 32 muestras desde la embarcación del Servicio de Salvamento Marítimo, salvo en el caso de Palmera, que por la presencia de barreras de contención necesitó del muestreo desde el dique conocido como «El Espigón».

Según el informe emitido, «en todos los puntos y para todos los parámetros, los resultados son inferiores a los límites de cuantificación». Eso quiere decir que la presencia de carburantes en el agua era tan baja que ni siquiera puede ser cuantificada. Así, se midieron hidrocarburos totales y una larga lista de componentes contaminantes entre los que figuran el naftaleno, el fluoreno, el antraceno y el criseno.

El informe señala en sus conclusiones, además, que sobre la gestión de la calidad del agua de baño no existen límites para evaluar los análisis de hidrocarburos obtenidos, sino que la ley «únicamente hace referencia a la inspección visual a efectos de comprobar la presencia o ausencia de residuos alquitranados» en el agua. «En la campaña de controles realizada los días 14 y 15 de julio en las playas de Carreño los resultados obtenidos son, en todos los casos, inferiores al límite de cuantificación del método analítico, pero además, durante la toma de muestras, no se apreció la existencia de residuos flotantes ni irisaciones en la zona de muestreo», señala el informe en sus conclusiones.

Estos análisis son los únicos de este tipo que se encargaron durante el verano en la zona, y ya se supo de su existencia desde el momento en que se realizaron. El informe se emitió el 19 de julio, más de una semana después de haberse abierto las playas, pero no se dio a conocer hasta ahora.