Candás,

Braulio FERNÁNDEZ

Suena a contrasentido, pero en Candás han decidido comerse la pita pinta, la raza autóctona de gallina, para salvarla de la extinción. El planteamiento es: cuantas más se coman, más se criarán, una simple cuestión de demanda y oferta. Con este fin, se han organizado unas Jornadas gastronómicas de la pita pinta, que tendrán lugar en la villa marinera este fin de semana y el próximo. Paralelamente, aunque en realidad esta es la convocatoria principal, Candás acoge hoy, a partir de las 12:00 horas, la presentación en sociedad de la Asociación para la Recuperación de la Pita Pinta Asturiana (ARPPA), en la remodelada fábrica de conservas Ortiz.

El objetivo de esta nueva organización es fomentar la recuperación de esta raza autóctona del Principado. «Se trata de mejorar su calidad genética para asegurar su futuro desde el plano de la productividad, demostrando que su explotación puede resultar rentable como productora de carne, huevo o pluma y no solo como animal ornamental, ya que, aún siendo cierto que este aspecto de la raza es una de sus cualidades más destacadas, resulta insuficiente para sacarla de la vía de extinción en la que se encuentra», señalan los responsables de ARPPA. La población censada se encuentra estancada desde el año 2006 y hoy suma 1.924 ejemplares.

Mientras tanto, las cocinas de los restaurantes de Candás van dando forma a los platos que, al precio de 20 euros el menú, podrán degustar los clientes durante casi diez días. El Llagarón marca la pauta para la preparación de la pita pinta. «Es sencilla; se trocea la pita, se adoba, y se macera con cebolla, pimiento y zanahoria, en crudo, acompañado con vino, para, posteriormente, dejarla macerar unas diez horas», explica el responsable del restaurante candasín, Luis Bolado Calderón.

Tras una paciente espera, «se dora la pita en una sartén y se pone a cocer con la verdura y el aliño, durante tres horas, a fuego lento». Se puede acompañar de patatas, guarnición a base de setas e incluso de compota de manzana. Además, cada restaurante presentará sus aportaciones. «Nosotros vamos a hacer un arroz caldoso con la pita, un poco meloso, que es una forma de degustarla guisada, y así variamos», explica Bolado.

Estas jornadas suponen abandonar por unos días el principal elemento de la gastronomía carreñense: el marisco. «Aprovechamos la presentación de la asociación para la recuperación de la pita para cambiar las típicas jornadas que llevamos a cabo en el concejo», destaca el concejal de Festejos de Carreño, José Manuel Muñiz. Era, precisamente, uno de sus objetivos para el período fuera de temporada estival. «La pita pinta es algo diferente, pero que permite conformar un buen menú, con un buen precio, 20 euros, que diversifica y mejora la oferta gastronómica de Carreño», puntualiza el edil.

El menú se podrá desgustar en ocho restaurantes de Candás: Santarúa, La Fonte, El Tresmallo, El muelle, Varadero, La Masera, La Estación y El Llagarón. En el precio de 20 euros por persona van incluídos unos entrantes variados, un plato a elegir entre arroz con pita, pito guisado y otras variedades, postre casero, vino y café. «Un menú para toda la familia», como destaca Bolado, «y abierto a muchos bolsillos».