Dice que la honradez es fundamental para un comerciante. Él la aplicó en toda su vida laboral al frente de su negocio de Llanera. Se trata de José Manuel Tamargo Menéndez (Posada de Llanera, 1933), que representa la cuarta generación de Casa Rosa, un establecimiento emblemático y el más antiguo de la capital del concejo. Ha trabajado duro, con conocimientos de cómo desarrollar un negocio, aunque teniendo en cuenta que los tiempos han cambiado y la oferta y la demanda también.
La empresa Comercio Mixto Casa Rosa se fundó en 1876 por el matrimonio formado por Ramona Ablanedo y Manuel González. En el establecimiento se vendía de todo, de ahí su nombre. Tenía mercería, ferretería, alimentación y hasta bar. Con el paso de los años tomó el mando una de sus hijas, llamada Rosalía González, conocida por los clientes por el nombre cariñoso de Rosa. Un nuevo cambio generacional hizo que llegara a las riendas del comercio Pacita Menéndez, conocida como Pacita la de Casa de Rosa y madre de José Manuel. Entonces, el negocio contaba con un almacén de bebidas -fue distribuidor de la cerveza Águila Negra-, surtidor de gasolina, ultramarinos, ferretería, mercería y bar.
José Manuel Tamargo finalizó en 1950 los estudios de Bachillerato en Oviedo y fue entonces cuando comenzó a trabajar en el negocio familiar que considera su mejor escuela. Como era norma en aquel tiempo, empezó desde abajo, de ayudante dependiente y obedeciendo a los empleados con mayor rango o edad. "Tenía que ser el primero en acudir al trabajo para abrir puertas y ventanas, encender las luces", comenta Tamargo, quien explica que trabajó durante muchas horas en un negocio donde era feliz. Para el reparto de mercancías al por mayor, por parroquias en Llanera, disponían de un carro y un caballo. Luego, en 1959 se adquirió una furgoneta DKV que alivió mucho más el trabajo.
En 1968 tomó la dirección del negocio y con él empezó una de las primeras reformas de Casa Rosa ya que se construyó el actual edificio de la empresa que se adaptó a los nuevos tiempos y necesidades. Poco a poco el negocio se reconvirtió en un autoservicio, hasta que en el año 1993 pasó a ser exclusivamente ferretería bajo la dirección de un nuevo relevo generacional, los hermanos José Manuel y Juan Luis.
José Manuel Tamargo es una de las figuras más destacadas del comercio de Llanera desde entonces y hasta ahora, aunque en 1998 fue el año de su jubilación.
El hecho de haber tenido el privilegio de pertenecer a una casa con comercio al por menor en el mostrador y al por mayor, como almacenista que distribuía mercancía por todo el concejo, le permite tener una visión generalizada del comercio en Llanera.
Recuerda cómo conoció el comercio de la posguerra "cuando lo necesario escaseaba" y tiene claro que ahora "la gente compramos sin necesidad".