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La noche que Foro perdió las elecciones

Una estrategia errónea al afrontar las protestas contra la zona azul y su preferencia por la Pola sobre Lugones determinaron el fracaso de los casquistas

Manifestación contra la zona azul en Lugones el 7 de febrero de 2014. FRANCO TORRE

Las llamas iluminaron el cielo de Lugones aquella noche de febrero en la que Foro Asturias perdió las elecciones. El origen del fuego estaba en la avenida de Oviedo, justo en el acceso a la Autovía de la Industria (AS-II). Allí, los más de tres centenares de vecinos que participaban en la protesta, en la que era la décima manifestación contra la zona azul, habían incendiado un monigote. Entre las llamas, un letrero señalaba a los causantes del malestar vecinal: "Políticos".

Esta protesta, desarrollada en la noche del 7 de febrero de 2014, marcó el punto álgido de las manifestaciones contra la zona azul en la localidad más poblada de Siero. Unas protestas que habían comenzado el 22 de noviembre de 2013, y que durante más de tres meses, cada viernes, paralizaron la localidad.

El propio desarrollo de las protestas hizo evidente el creciente malestar ciudadano y el alejamiento de Foro Asturias y sus aliados, especialmente Conceyu, respecto de los vecinos de Lugones. En la primera fase de las protestas, hasta finales de 2013, la asistencia fue creciendo, pese a lo cual las manifestaciones fueron eminentemente pacíficas. Pero la actitud del gobierno de Foro, que desoyó un acuerdo plenario para modificar la zona azul en Lugones y que se negó siquiera a intentar un diálogo con los manifestantes, hizo que las protestas se radicalizasen. Los manifestantes pasaron entonces a hacer escraches delante del domicilio del portavoz de Conceyu, Rafael Rodríguez, y comenzaron a realizar cortes de tráfico.

El punto culminante se produjo en esa noche del 7 de febrero. Una semana antes, el alcalde de Siero, el forista Eduardo Martínez Llosa, había suspendido un pleno para evitar debatir una propuesta de la oposición contraria a la urbanización de la calle Antonio Machado de Lugones. La intransigencia de Llosa reavivó el malestar en la localidad y la asistencia a la protesta por la zona azul, que había ido en declive en las semanas previas, repuntó. Como colofón, además del consabido escrache a Rodríguez, los más de tres centenares de manifestantes cortaron el tráfico en la autopista "Y", provocando un monumental colapso.

Aquellas protestas marcaron un antes y un después en Lugones. "El descontento era palpable. Las manifestaciones, al final, se fueron un poco de madre, pero el descontento era general. Se veía claramente en las redes sociales", explica Christian Álvarez, de la asociación "Lugones se mueve".

En este núcleo, más permeable a las movilizaciones que el resto del concejo, el malestar por la zona azul vehiculó otras reivindicaciones. Y, en paralelo, Foro impulsaba su obra estrella del mandato: el nuevo polideportivo en Pola de Siero. Una inversión que no tuvo equivalencia en la localidad más poblada del concejo.

"Pienso que se beneficiaba mucho a la Pola. Sin ir más lejos, en Lugones necesitamos un centro cultural porque no tenemos un espacio adecuado. En nuestros festivales, sin ir más lejos, queda mucha gente fuera por falta de aforo en la Casa de Cultura. Nuestros políticos tienen que darse cuenta de que Lugones es muy grande, y que damos mucho de comer a la Pola", explica Edita Reguera, de la asociación folclórica "La Sidrina".

Ambas controversias alimentaron el malestar en Lugones, y no sólo contra Foro. La formación localista Conceyu, que desde 1991 había tenido siempre representación municipal, era vista como cómplice de los casquistas en estas actuaciones por su condición de socio preferente. Pero, además, el portavoz del partido, Rafael Rodríguez, cometió un error político de calado que ligó su suerte a la del partido de Llosa: cuando el pacto de "los Trece" saltó por los aires, en diciembre de 2013, tras la abrupta renuncia de los tres ediles no adscritos -Luis Vázquez, Engracia Valle y María Jesús Berdasco- a sus responsabilidades de gobierno por sus diferencias con Foro, Rodríguez aceptó entrar a formar parte del equipo de gobierno. Conceyu perdió dos tercios de sus votos en las elecciones del pasado domingo y quedó fuera de la Corporación.

A todas estas circunstancias se sumó la propia configuración de las listas electorales. La mayor parte de los partidos se decantó por candidatos a la Alcaldía procedentes de la Pola o de su entorno. De entre las grandes fuerzas políticas, sólo el PSOE, forzado por las primarias que ganó Ángel García, presentó a un candidato vinculado a Lugones.

"A nivel local las personas son muy importantes. Sobre todo en un ambiente de barullo o desencanto general como el que tenemos ahora", explica el párroco de Lugones, Joaquín Serrano. La candidatura de García, aunque generaba dudas en algunos sectores del partido y en buena parte de la sociedad sierense, sobre todo entre los funcionarios municipales, resultó ser todo un acierto para los socialistas. Tampoco se percibía a García como una amenaza dentro de las filas de Foro. En las semanas previas a las elecciones, los casquistas se mostraban confiados en lograr una victoria sólida, e incluso auguraban la posibilidad de obtener entre ocho y 10 ediles en la Corporación.

Había indicios, no obstante, de que García podía arrasar en Lugones. Un simple paseo con el candidato por la localidad servía para constatar las expectativas que generaba entre los vecinos. Foro, en cambio, vació su lista de candidatos vinculados a Lugones, aunque incorporó en un puesto elevado a José Miranda, expresidente de la asociación de vecinos de Viella, con la esperanza de arañar algunos votos en esa parte del concejo.

La suma de factores fue nefasta para los casquistas, que sólo lograron 362 votos en Lugones frente a 2.406 del PSOE. Una losa demasiado pesada para las aspiraciones de Foro de seguir gobernando el cuarto concejo asturiano.

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