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Flores y devoción en un Oles de estreno

"Antes venía la gente ofrecida con mortaja", recuerdan los vecinos, que festejan la fiesta de la Virgen de la Salud "muy contentos" por el arreglo de la iglesia

Dos de los ramos de la procesión, en el prao de la fiesta. MARIOLA MENÉNDEZ

La piloñesa Dulce Blanco va cada año desde Moñes, en Villamayor, hasta Oles, en Villaviciosa, a pedirle a la Virgen de la Salud que calme los estragos que una enfermedad le han hecho en su pierna derecha. Una bacteria la llegó a dejar en silla de ruedas, aunque se ha ido recuperando poco a poco y ya sólo necesita muletas.

Por lo que desde hace cinco años es fiel a la fiesta de las flores de Oles. "Vengo dando gracias y pidiendo salud y fuerza para luchar", explicó sentada desde el segundo banco de la recién remodelada iglesia para seguir la misa. A Santa María de la Salud, de la que tan devota es, le llevó flores y a San Félix, lo mismo. para que imparta justicia para todos.

Angelita Varas es de Oles y explicó que la devoción por esta virgen es antigua. "Ya hubo más que hay. Antes venía gente ofrecida con mortaja. A su lado, también sentada en uno de los primeros bancos del templo, esperando a que el párroco, Manuel Robles, comenzara a decir misa, estaba Mercedes García, "La Nena", que explicó que ella tiene devoción "por todos" los santos, aunque en especial por la virgen de su pueblo. "Mucha gente viene a pedirle", apuntó.

Mercedes Fernández también señaló que hace unos años era muy habitual que quienes pedían a la virgen de la Salud que intercediera por ellos o por alguna persona muy cercana, acudía a ella implorándoselo con devoción, y también había quien acudía amortajado el día de la fiesta como símbolo de la promesa que le había hecho.

Mucha gente

Esta fiesta de las flores "siempre atrajo a mucha gente de la zona, de Tazones y Gijón", explicaron las mujeres, muy contentas porque la misa de la festividad en honor a la virgen de la Salud pudo celebrarse en la iglesia arreglada. El año pasado tuvieron que hacerlo bajo la carpa de la fiesta porque el templo estaba cerrado ante la amenaza de derrumbe del tejado.

"Estamos muy contentos", pues era "importantísimo" reparar el templo, que amenazaba con desplomarse, destacaron Alfredo Prendes y Pilar Noval, que también acuden anualmente a esta celebración. Reconocieron que procesan "mucha devoción" a la virgen de la Salud.

Cuando a Ana Isabel Serdio Meana le preguntan si está contenta con el arreglo del templo no lo duda: "Mucho", responde. "Quedó preciosa", agrega Carolina Fernández García.

Ambas son fieles a esta celebración "por devoción y porque es del pueblo". Esta última recuerda que ya le escuchaba a su abuela relatar el gran fervor religioso que despertaba Santa María de la Salud de Oles.

La primera fase de la rehabilitación del templo fue acometer la cubierta y las vigas. Posteriormente, los vecinos se pusieron manos a la obra para pintar en interior y la fachada, además de acometer otros arreglos en el interior.

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